LA FISICA SINTETICA, MAS QUE UNA SUMA DE CONOCIMIENTOS

 

Siempre ha habido dos formas de abordar un problema: de forma analítica o de forma sintética.

Los grandes sabios y pensadores de todos los tiempos, incluso algunos actuales, han tenido una clara predilección por la síntesis ya que las neuronas asociativas sirven para eso, para asociar o vinculan las experiencias resumiendo respuestas a troncos neurales comunes.

Conocer menos pero mejor es saber más, porque podemos responder con respuestas conceptuales a un sinfín de experiencias. Nuestro sistema neural desde el nacimiento va perdiendo neuronas de forma selectiva. Desde que el homo es sapiens, la utilización del lenguaje ha permitido resumir nuestras experiencias a conceptos verbales agrupadores, de forma que cuanto más agrupamos nuestras experiencias en conceptos, menos memoria utilizamos para aprender y, por tanto, más memoria potencial nos queda para nuevos conceptos. No olvidemos que nuestro cerebro es un muy limitado ordenador, extraordinariamente bien programado. 

Si queremos dar respuesta a  un problema matemático podemos resolver una ecuación que sepamos que sirve para su resolución. De forma mecánica, obtendremos el resultado; habremos actuado de forma analítica... En realidad, no habremos integrado nada a nuestro conocimiento, aunque resolvamos el problema.

Pero si queremos sintetizar o conceptualizar un planteamiento matemático, haremos geometría de él, representando su función de forma gráfica, lo integraremos dentro de un pensamiento geométrico conceptual que nos permitirá integrar todo el conjunto de nuestras experiencias matemáticas, aparentemente tan abstractas (aisladas).

Conocer mejor es integrar conocimientos en un panorama común, de forma que la síntesis de conocimientos es mucho más que su suma. Es integrar las piezas conceptuales en un puzzle común,

de forma que cada vez nos cueste menos incorporar nuevas experiencias (piezas) por tener otras ya asociadas.

De hecho, quien es sensible al concepto de “pensamiento sintético” es que está en el camino de sus propias neuronas.

No es de extrañar que los grandes geómetras de las matemáticas fueran de los mejores pensadores ultra-sintéticos: Descartes, padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna; Maxwell, del electromagnetismo y de muchas otras cosas, sin despreciar a otros muchos pero “sólo” super-sintéticos: Newton, Gauss, Kant, Darwin, Spencer y otros.

Sería cruel dejar fuera a Einstein, ya que intentó unificar las fuerzas del universo sin conseguirlo. No obstante, abrió la caja de truenos de la física abstracta, de lo que se arrepintió, culpa que le merece la mejor consideración, aparte de ser el primero en adentrarse en el concepto de distensión del espacio por efecto de las masas.

La física abstracta es un nuevo puzzle “infinito”, donde caben tantas piezas por la variabilidad de sus formas, como funcionarios se dediquen a su investigación, y eso no es bueno.

La física abstracta es como el arte abstracto. Nacen en una época semejante, se saltan la geometría figurativa o euclídea. El problema es saber si han dejado de ser física o arte para ser sólo ideología.

 

CATALOGAR PARTÍCULAS NO ES LA SOLUCIÓN

Durante siglos los humanos hemos intentado dar respuestas a la naturaleza del universo, si bien la especialización ha hecho separar progresivamente a las ciencias, alejándose del proceso natural de síntesis cognitiva de nuestras propias neuronas. Este proceso también afecta a la física y mucho más a la física de partículas casi tan seccionadora como la geología, la botánica u otras ciencias “catalogadoras”, cuya labor es encomiable pero adolecen de capacidad de síntesis necesaria.

A partir del modelo de átomo que asemeja las partículas elementales a los sistemas planetarios: protón, neutrón, electrón, se intentó desmenuzar más a las partículas nucleares, aparecieron los mesones durante los años cincuenta, pero las cámaras de burbujas no hacían más que “descubrir” infinidad de mesones, después se intento poner un poco más de orden con la teoría de los quarks, con la intención de llegar al auténtico átomo de Demócrito, de alguna forma la ciencia siempre se rige por sus bases más históricas, incluso en algunos casos más ideológicas o religiosas que científicas.

Se intenta poner orden en las quizás infinitas formas de “concentración” de la energía que llamamos materia. Es decir, se hace hincapié en el análisis de los grumos de la energía (materia) dejando en segundo orden el análisis sintético de sus causas y evolución.

 

LA FISICA SINTETICA

La física sintética, como cualquier otra forma de síntesis, es un sistema interdisciplinar que permite abordar con facilidad la naturaleza de la evolución, uniendo principalmente: física, química, astronomía, e incluso sus bases psicológicas de conocimiento, certificadas naturalmente por el cálculo, pero siempre intentando que sea al máximo comprensible para casi todos, dejando para ello la mayor parte de demostraciones en el software y calculo adjuntos.

Es nuestra intención que la física sintética del universo en nada se parezca a la casi incomprensible física descriptiva de partículas que en países con menos tradición científica es obtenida de malas traducciones, que hacen que su significado se aleje tanto de los mortales, como el universo que intenta explicar. Una física estructural que crea incluso a veces una “élite” académica refugiada en la propia incomprensión de sus textos, para no tener que dar explicaciones que no saben dar. 

 

BASES PSICOLOGICAS DE LA FISICA

Los cordados tenemos un sistema nervioso centralizado y un cerebro, lo que nos permite guardar experiencias para no tener que sufrir de forma repetida los mismos problemas de adaptación al medio.

El concepto de espacio es el orden más básico que creamos por comparación a experiencias anteriores guardadas en la memoria. Es importante, porque nos previene de la proximidad al peligro. Lo aprendemos de niños cuando relacionamos principalmente el sentido del tacto con el de la vista, cuando empezamos a manipular objetos.

El concepto de tiempo es más complejo y abstracto. De forma básica, nos indica el orden de las experiencias y como relacionarlas entre si cronológicamente.

Nadie nos ha enseñado el orden del espacio ni del tiempo, como tampoco a auto-representarnos las formas, los colores, en suma los cuerpos que constituyen nuestro universo. Lo que si que está claro es que nuestro universo equivale en sus contenidos al  de otras personas cuando intercambiamos conceptos mediante el lenguaje.

Los conceptos que definen las equivalencias entre nuestro universo y el de otros son las palabras. En los homo sapiens, las palabras nos permiten compartir experiencias para facilitar nuestra supervivencia.

El conjunto de palabras o conceptos que permite comunicar nuestras equivalencias básicas: espacio, tiempo, cuerpos de materia o de energía y sus interacciones o fuerzas es la física.

Por tanto, la física tiene por finalidad crear un orden de equivalencias básicas o fundamentales que pueda ser comprendido de forma común y que facilite la adaptación al medio, por ejemplo mediante la tecnología, siendo más secundario crear modelos abstractos, intangibles y de difícil comunicación, además de incumplir la ley más básica del conocimiento, la de simplificar o unir conceptos.

Es evidente que el modelo de universo que integramos en nuestra conciencia es siempre una construcción personal y pueden haber infinitas, incluso un gran número que lo sean además compatibles entre sí. Es decir, que un modelo abordado desde una perspectiva necesariamente no tiene forzosamente que anular a otro sometido a otros parámetros. Lo que si es conveniente es que un modelo válido de universo debe ser lo más semejante al modelo más riguroso sin dejar de ser compatible, en lo posible, con la mayoría de universos conceptuales de nuestros congéneres.

Sin duda, necesitaremos un sentido adicional que nos permita integrar prestigiados modelos matemáticos, prestigiosos por ser simplemente matemáticos, basados en universos de 10 dimensiones donde las “supercuerdas” más bien supergomas por lo elásticas; permitan unir las interacciones: electromagnetica, gravitatoria, de color y débil en un espacio relativista super-rizado. Aunque pueda ser un modelo lógico, por ser coherente, no será demasiado útil si sólo es valido para un grupo determinado.

¿Será realmente útil ese universo?... por lo menos sí para quien crea que además de que todo lo real puede ser matemático, también crea que todo lo matemático puede ser real. El problema es que dicho modelo sea aplicable al sentido común y la vida cotidiana y sobretodo sirva para aclararnos las ideas...

 

PRELIMINAR

La materia y la energía no se crean ni se destruyen, sólo se transforman

La materia es la energía que interacciona con nuestros sentidos.

La energía no puede ser percibida sino es por su interacción en forma de materia.

Como veremos, dentro de lo que es el conjunto de la interacción básica o termodinámica, la percepción térmica sería concebida como materia y la concepción más teórica: dinámica, lo será como energía.

El concepto básico de materia está relacionado con los objetos que constituyen formas “estables” que interaccionan con nuestros sentidos.

La materia y la energía existen por interacción

La materia y la energía sólo existen por interacción de ambas. No puede existir ninguna partícula aislada en la nada, ya que la energía que la integra se disiparía al interaccionar con la nada. Cualquier acción se compensa por la reacción contraria: radiación-gravitación, interacción electromagnética, interacción nuclear.

El Universo se comporta como un gas de plasma que lo definiremos como fotónico, donde por las diferentes interacciones se forman acumulaciones de energía locales (exceso local de tensión de campo) que como “acción” dará lugar a una “reacción” local o pulsación expansiva del exceso de energía que puede, por acumulación, transformarse en materia (materialización o cuantificación material de la energía), adoptando formas de materia más o menos estables.

El fenómeno de acumulación o concentración local de energía o energía-materia según se interprete se produce probablemente a todas las escalas de espacio y tiempo, desde el nivel de formación de partículas elementales en tiempos desde infinitésimos a probables macrobigbanes en tiempos casi infinitos.

El producto o respuesta a la concentración local de energía es la formación de estructuras de interacción lo más perdurables posibles para que permitan una mayor entropía o reducción global de la tensión o energía del campo de interacción.

La materia es pues una particularidad de la concentración de energía que conforma un sistema termodinámico o estructura más o menos estable en función de la actividad del entorno.

La materia adopta la forma de acumulación de energía más compatible y perdurable con las condiciones del medio, formando partículas o conjuntos interactivos algo estables.

Por tanto, es el campo externo que condiciona la evolución de las estructuras, de la materia.

Cada partícula (cuanto o cantidad de energía cerrada en forma de materia al formar un conjunto interactivo), y pueden haber innumerables sin tener en cuenta su estabilidad, es una estructura más o menos compatible en cantidad de energía con las condiciones del entorno.

Utilizamos el nombre de “conjunto interactivo” más que el más común, que básicamente sería el mismo,: “sistema termodinámico”, porque el “conjunto interactivo” reúne todas las formas de interacción: termodinámica, mecánica, química, etc...

Son las condiciones del entorno las que “particularizan” o condicionan la masa y modo de interacción de las partículas o cuerpos del universo. Por tanto, una física más sintética debe dar más relevancia al estudio de las condiciones del entorno que a la clasificación de las innumerables formas de partículas o conjuntos interactivos.

CAMPO Y MASA

La suma de la energía del campo (energía libre o potencial) y de la masa (energía en forma de materia) es constante en espacios limitados o “aislados”.

Cuanta mas energía potencial o de campo se convierte en materia, más se reduce la energía libre. Por tanto, el estado de mayor entropía tenderá a equilibrar la cantidad de materia y energía en función de la densidad de materia y energía del campo.

Si tenemos dos masas en el espacio que se separan, a medida que se distancian ganarán energía potencial, por transmisión de energía de su materia al campo o entorno ya sea por perdida de cantidad de materia o por la pérdida de calor de la materia que básicamente como veremos más adelante es lo mismo, siendo el proceso reversible. Por tanto, la materia al concentrase se calienta o aumenta por absorción de la energía del campo y, por el contrario,  al separarse se enfría o reduce retornando la energía al campo. Cuando la energía del campo es mayor, dará pie a la concentración material y, viceversa, cuando la energía del campo sea menor dará pie a la dispersión. El proceso a todas las escalas del Universo lo denominaremos ciclos o pulsaciones de la materia-energía ya sean cíclicas o interactivas.

Por ejemplo, si somos nosotros que hacemos el esfuerzo de subir nuestro propio cuerpo a una altura determinada, generaremos energía potencial en la misma medida que nuestro esfuerzo nos haga perder calorías dispersadas en nuestro entorno. Habremos pasado energía de nuestra masa corporal al campo de nuestro entorno.

Por el contrario, si saltamos de una pequeña altura al suelo, la pérdida de energía potencial se transformará en más calor de nuestros pies que de alguna forma nos nutrirá, de ahí que canse menos bajar que subir.

PULSACION BASICA

La pulsación básica nos indica que la simple aproximación de masas incrementa la temperatura de los cuerpos y más aún su unión electromagnética y todavía más la nuclear. De cualquier forma, el aumento de calor se transforma en incremento de radiación o expansión fotónica. Por tanto, la concentración de masas gravitatoria-elctronica-nuclear se compensa siempre con la expansión núcleo-electro-fotónica equilibrando la reacción radiante, la acción de materialización.

De los tres tipos de interacciones principales que equilibran la relación masa global-conjunto de energía del universo o área de interacción definida, la interacción fotónico-gravitatoria afecta a las masas distanciadas, la electromagnética a las masas muy próximas o juntas y la nuclear a las masas unidas.

Como se desprende fuera de las áreas de alta concentración de energía: núcleos galácticos, estelares,.. donde la materia se sintetiza, en lo que denominaríamos espacio frio, la materia tiende a unirse para mantener su existencia, dentro del ciclo de las diferentes formas de pulsación de la materia-energía: estelar, galáctica, supragalactica...

Es decir, fuera de las zonas de alta energía donde la energía se expande, las masas tenderán a compartir su energía mediante las interacciones fotónico-gravitatoria a electromagnetica según el proceso indicado en el espacio externo y de electromagnética a nuclear, cuando la acumulación de masa sea suficiente...

 

LA MATERIA UN CONJUNTO INTERACTIVO

Como hemos dicho, los conjuntos interactivos son las unidades termodinámicas, cosas, o cuerpos que componen las particularidades  de nuestro universo a cualquier escala conceptual

Cuando las condiciones o interacciones del medio varían, las unidades o conjuntos interactivos que definimos como la materia evoluciona hasta un nuevo estado de equilibrio.

No existen vacíos entre las interacciones. Dos estrellas aparentemente separadas por la nada estarán vinculadas físicamente por sus interacciones entre ellas y con el entorno o universo; por tanto, no existen sistemas o conjuntos termodinámicos realmente aislados, sino simplemente distanciados...

El estado de la materia y la energía en un área del Universo son consecuencia de su evolución y de las condiciones de interacción con el medio.

Es evidente que las formas mas estables de materia (conjuntos interactivos algo estables) poseen una masa y estructura que podríamos definir cuánticas o equilibradas con los niveles de energía del entorno. Incluso en la interacción más fría, la fotónico-gravitatoria del universo más externo; las estrellas, galaxias u otras estructuras masivas mayores o menores tienen masas límites en función de los niveles de energía del entorno que depende de la densidad de materia y energía.

Con menos de 0,02 masas solares las estrellas dejan de serlo por falta de la energía de sus núcleos para posibilitar la fusión desde el protio al helio. También, con masas superiores a 100 veces la masa solar la presión de radiación exógena es superior a la auto-gravitación endógena y la estrella deja de ser estable.  Algo parecido sucede con los núcleos galácticos.

Es evidente que en otras condiciones de densidad de materia y energía se darían distintas “constantes ” y los márgenes de masa serían diferentes.

Por tanto, la estabilidad de las formas de materia depende de las condiciones energéticas del entorno  que condiciona de forma cuántica la masa agrupada: cantidad de energía  y estructura, principio que es aplicable a los diferentes tipos de interacción y sus masas más estables o partículas.

La duración o estabilidad de una estructura material o masa es fundamental para que sea considerada como existente o estable, ya sea como: partícula elemental, estrella, galaxia o probables sistemas supragalácticos.

El tiempo de interacción dentro del espacio de equilibrio termodinámico de la materia depende sobretodo del tamaño de la estructura y de las condiciones del entorno, de ahí que un electrón pueda estar en todos los límites de interacción de un átomo o  molécula de forma pseudo-simultánea mientras el ciclo de concentración y pulsación de una estrella dure hasta millones de años o el de una galaxia cientos de millones de años.

Naturalmente el concepto de forma, permanencia o estabilidad que hace definible una estructura material está en consonancia con el concepto de la vida y el tiempo humanos.

Si la vida humana transcurriera en un tiempo infinitésimo, el electrón no estaría en todos los limites de interacción del átomo a la vez y los átomos, salvo quizás el diminuto núcleo, estarían aparentemente vacíos. Por el contrario, si la vida humana fuera infinitamente más lenta, las galaxias no existirían como tal y quizás serían percibidas como macro-estructuras atómicas con una esfera de interacción estable “opaca”.  Probablemente, para que se diera esa condición de tiempo hiper-lento, los humanos  deberíamos ser hiper-gigantes y las galaxias, de forma proporcional, simples átomos de nuestro entorno.

Por tanto, es necesario que los conceptos que integran la física, para ser útiles, no se dispersen en universos ajenos a la escala y dimensiones comunes a la vida humana, ya que la física como cualquier otra forma de conocimiento ha de servir para facilitar la adaptación y evolución de la vida humana. 

El Universo es interactivo en toda su extensión perceptible. El Universo no se encuentra en equilibrio termodinámico, sino no habría diferencias en su estructura, si bien sus interacciones tienden siempre a un mayor equilibrio o nivel de entropía.

¿¿¿El concepto de energía pura es simplemente el de desequilibrio termodinámico. El nivel de desequilibrio es en esencia la energía potencial o dinámica que al desplazarse en búsqueda de equilibrio se llenará de masa y podrá interaccionar, por tanto, ya en forma de materia???.

¿¿Naturalmente, nosotros como humanos, como conjunto interactivo adaptativo, percibimos o interaccionamos con otros conjuntos interactivos para adaptarnos a las condiciones del medio. Es decir, interaccionamos con materia-energía o simplemente materia. Por tanto, para nosotros el concepto de lo externo es esencialmente material.

Nuestra relación con lo externo existirá por el intercambio de interacción con los cuerpos materiales??.

Un ejemplo sencillo: nosotros estamos rodeados de aire que no percibimos, pero si el aire se pone en movimiento generará una interacción con nosotros en forma de viento, materia que percibimos.

El desequilibrio termodinámico del aire, al haber zonas más calientes que otras, como energía potencial, se transformaría en viento con masa de aire y velocidad que nos golpearía en razón de su magnitud “masa” o energía cinética interactiva.

 

 

ENTROPIA Y DESORDEN

El concepto de mayor entropía se define como de mayor desorden, si bien el concepto de desorden es sinónimo de mayor aleatoriedad. Cuando un conjunto de elementos o conjuntos interactivos reaccionan entre si con otros se tiende más a la heterogeneidad que al desorden aleatorio. El equilibrio termodinámico tenderá a formar conjuntos interactivos heterogéneos agrupando los conjuntos distintos en un nuevo “orden heterogéneo”. Un ejemplo sencillo sería: si ponemos los cubiertos en una mesa, partimos de un orden inicial, sacando los cuchillos, cucharas y tenedores de cada departamento, pero cada uno acabará agrupándose en nuevos conjuntos interactivos (cuchillo, tenedor, cuchara) para cada comensal, no por un factor de azar que sería simplemente lanzarlos sobre la mesa y, si bien tenderían a un mayor desorden, sería la interacción funcional la que los agruparía como conjuntos heterogéneos “ordenados”...

La interacción funcional siempre tiende a formar nuevas agrupaciones no simplemente aleatorias, sino sometidas a un nuevo equilibrio local. Por ejemplo: tras el estallido de un núcleo galáctico, la  matería-energía eyectada tenderá  a formar brazos galácticos con sistema estelares formados por grupos sometidos a un nuevo equilibrio termodinámico local o conjunto interactivo.    

 

EL UNIVERSO UN SISTEMA TERMODINAMICO ABIERTO E ¿INFINITO?...

En apariencia, la búsqueda constante de un mayor equilibrio o mayor nivel de entropía general debería llevar a estados de menor interacción hasta un total equilibrio global si el Universo fuera un sistema limitado cerrado o aislado; por tanto, no se producirían, a la larga, desequilibrios locales o pulsaciones de materia-energía. En consecuencia, deberíamos considerar que incluso el universo más externo que percibimos no tiene porqué ser cerrado y menos aislado y, por tanto, puede verse perturbado por cambios termodinámicos de más allá de sus límites aparentes.  Por tanto, el Universo en mayúsculas, de ser en su gran conjunto un sistema termodinámico limitado o finito sería forzosamente aislado y a la larga debería encontrarse en situación de máximo equilibrio. De ser así, sería muy poco probable que estuviéramos en la primera fase de pre-equilibrio y no de equilibrio constante. Por tanto, lo más probable es que el Universo sea simplemente universo, un simple conjunto interactivo sometido a interacciones externas de un espacio o Universo infinito…

 

SINTESIS FISICA-ASTRONOMIA

Desde el panorama astronómico, la visión de la física de partículas merece otras consideraciones por lo menos alternativas al tratamiento actual, poco claro desde una visión sintética más común al pensamiento humano más en consonancia conceptual con el cosmos o macrocosmos que con el microcosmos. Los nuevos hallazgos del telescopio espacial Hubble y también de los telescopios terrestres permiten abordar el problema de la física fundamental desde una visión más sintética del conjunto, sin pormenorizar detalles, pero desde unos planteamientos que por su coherencia no puede diferir demasiado de lo real.

Por otra parte, creemos que la evolución del Universo desde una visión de fuera a dentro, incluso en el capítulo de la física de partículas, puede ser explicada también de una forma más divulgativa y sencilla donde las marcas de las interacciones no sean “sabores” que no tienen que ver con el gusto o “colores” que en nada se relacionan con la vista, por no decir otras todavía más difusas... 

El Universo se comporta como un gas sometido a las leyes de la termodinámica. Los desequilibrios energéticos tienden por tanto a equilibrarse,

buscando un nivel mayor de entropía (equilibrio termodinámico) dentro de cada campo o esfera de interacción.

A diferentes niveles, la materia y la energía interaccionan, buscando el mayor equilibrio de entropía. Las principales interacciones que se dan al nivel espaciotemporal más conocido son:

La interacción fotónico-gravitatoria.-

Se da en las áreas más frías y enrarecidas del universo conocido, cuando la temperatura desciende por debajo de 3.000 grados K. La materia desprende energía en forma de fotones que interaccionan con el muy probable plasma fotónico, dispersando su energía de forma corpuscular o direccional y de forma transversal u ondulatoria. La acción fotónica excita el campo cuya dispersión se extiende hasta equilibrarse a 3K en las zonas más enrarecidas de nuestro universo perceptible, que es probablemente un simple macroconjunto interactivo local o macropulsación local.

La tensión de campo a 3K es el gradiente de la presión o tensión de gravitación en las zonas enrarecidas. La presión de gravitación acumula como veremos masas por efecto de la  tensión de campo.

 

NOTA APARTE:

PULSACIONES O CONJUNTOS INTERACTIVOS ABIERTOS Y CERRADOS 

Pulsaciones bastante cerradas o estables: la estructura de la pulsación no se mezcla con otras estructuras retornando de forma simétrica a su estado original en un proceso cíclico; define las partículas o estructuras “estables”: partículas estables o mejor cuasi estables, ciclos físicos o químicos estables cerrados; estrellas más o menos longevas aunque pulsantes, galaxias no explosivas, probables estructuras hipergalácticas cíclicas.

Pulsaciones abierta inestables: la estructura de la pulsación no es simétrica. Por expansión se mezcla con otras estructuras siendo la reacción un producto del conjunto externo: partículas inestables, fenómenos físicos o químicos abiertos, explosivos, supernovas, galaxias inestables, galaxias interactivas, posibles sistemas supragalacticos no cíclicos...

 FIN DE LA NOTA

 

El plasma fotónico se comporta como un gas cuya excitación extrema en áreas favorables aumenta la autosedimentación en forma de materia, produciendo leptones y quarks y en suma: electrones, protones y neutrones, primero en forma de átomos de hidrógeno y después de los otros elementos.

 

Interacción electrónica o electromagnética.-

Cuando la densidad de la materia en el Universo y su temperatura son inferiores a 10^6 K, los electrones interaccionan con los núcleos y entre si. La interacción puede ser conductiva de electrón a electrón o convectiva cuando,

en estado de mayor fluidez, los electrones arrastran al conjunto de moléculas a través de los ciclos convectivos.

Dentro de la interacción electromagnética, podemos particularizar la interacción electroquímica o interacción química.-

Sucede cuando la interacción electrónica modifica la característica química, uniendo o separando átomos o modificando la estructura molecular pero no el número atómico.

 

Interacción nuclear.-

Sin hacer distinción de posibles formas distintas de interacción nuclear teóricas (fuerte-débil), en función de su forma de manifestación se pueden dividir en:

De síntesis.- Tiene lugar en circunstancias de mucha acumulación de energía >10^6K, en el núcleo de las estrellas o galaxias o por la presencia de fuentes o partículas de alta energía, aceleradores de partículas etc..

De escisión o dispersión.- Cuando el entorno se enfría, se invierte el proceso de síntesis nuclear. La materia se escinde rápidamente, si los isótopos son muy inestables o muy pesados. Por el contrario, se desintegra lentamente si son estables o ligeros.

Por fuentes externas de alta energía ya sean naturales o en los aceleradores; también se dan las transmutaciones, por ejemplo: por  acumulación de neutrones en un núcleo bombardeado por dichas partículas puede cambiar el número atómico.

Las esferas o campos de interacción mantienen el equilibrio termodinámico en lo posible en su seno, por el intercambio de las partículas que interaccionan cada campo: bosones o leptones; ya sean por ejemplo: fotones, electrones o gluones nucleares. La existencia de otras esferas de interacción tanto intranucleares, en un estado de mayor concentración de materia, así como otras esferas o campos externos al propio Universo son probables. Pero el Universo que nos acontece y conocemos está sometido a los tres niveles indicados más accesibles y las leyes de la naturaleza que conocemos son las que los vinculan.

 

Cada uno de los niveles o esferas de interacción: núcleo atómico, molécula-átomo y universo externo; está sometido a cada una de las fuerzas más fundamentales: fotónico-gravitatoria en el universo externo frio, electromagnética en el interior y proximidades de la molécula-átomo y la nuclear fuerte o de color en el núcleo atómico. La cuarta fuerza: nuclear débil, está vinculada muy probablemente a la electromagnética más interna, si bien no constituye un conjunto funcional distinto al de interacción nuclear.

Es evidente que pueden haber otras formas de interacción, incluso en el universo que más nos afecta el macro-conjunto interactivo local o universo local, pero no son tan significativas. 

 

Cada forma de interacción se origina en los lugares donde la concentración de energía lo permite. En los núcleos galácticos o estelares, el plasma global es el núcleo-atómico; en zonas de menor energía de 10^6 K, la interacción electromagnética se vuelve dominante, como en la materia que rodea al núcleo de las estrellas hasta su cromosfera; ya en la parte más externa a menos de 3000K la materia entra en la interacción fría: fotónico-gravitatoria.

 

De cualquier forma, al perder las condiciones ideales de formación de alta energía y adentrarse en áreas más frías del universo, las interacciones se atomizan o cuantifican conservando en lo posible las circunstancias iniciales en cada una de las esfera de interacción rodeándose de la interacción inmediata más fría, de forma sucesiva hasta alcanzar la frontera térmica pertinente: el plasma nuclear proveniente de los núcleos estelares y galácticos se mantiene en los núcleos de los átomos, el plasma molecular (núcleos de átomos+electrones), formado a más de 3000K, original de la materia esterna estelar,  se mantiene en la periferia atómica y molecular y el conjunto de las tres interacciones  se mantiene a menos de 3000K en el conjunto del universo local.

 

Para mantener la estructura material conseguida, las esferas o campos interaccionan entre si, transfiriendo energía del campo externo, cuando el campo interno pierde energía o, también al contrario,  hacia el campo externo cuando gana energía del campo interno.

 

DESDE LAS NUBES A LAS BURBUJAS.

Las fuerzas o formas de interacción para mantener el máximo nivel de energía en cada zona se ponen de manifiesto en las áreas límites de cada esfera de interacción.

Los filamentos de vapor constituyen la cohesión electromagnética que mantiene la estructura de la nube cuando se adentra en un espacio más frio manteniendo el mayor nivel de energía con los gases atmoféricos del entorno. La estructura de celdillas que redistribuye la energía para un mayor mantenimiento, también se pone de manifiesto en la forma celular de las burbujas de los líquidos cuando se mezclan con el aire.

En el espacio, las nubes de las supernovas también mantienen la estructura filamentosa como se observa por ejemplo en la nebulosa de los encajes en la constelación del Cisne, así como la estructura celular de los hipercúmulos de galaxias.

¿Puede existir nubes sin aire o nubes interestelares sin plasma...?

 

EL UNIVERSO, PEQUEÑAS Y GRANDES PULSACIONES

Cuando hay una acumulación excesiva de energía, ya sea en un núcleo galáctico, en una estrella masiva, en un supuesto estado pre-big-bang, o incluso en las aguas marinas sobrecalentadas por el sol, sucede lo que podríamos llamar pulsación termodinámica local del universo.

En el mar, el exceso de calor se transformará en una nube expansiva de vapor que cuando es enfríe se transformará en lluvia que irá a depositarse al final de nuevo en el mar.

El exceso de energía en un núcleo galáctico generará la eyección de nuevos brazos o incluso hará estallar el núcleo. La materia de los nuevos brazos se densificará con metales cada vez más pesados producidos por las supernovas y al igual que la lluvia retornará al núcleo o interaccionará con otras galaxias próximas.

La explosión de los núcleos de las estrellas masivas por el colapso y la acumulación de energía consecuente generará nuevos elementos o dispersará la materia de la estrella que ira a caer o formar nuevos núcleos.

Incluso de forma más teórica se pueden plantear la existencia de probables big-bangs, locales o más incluso más extensos que tras una primera expansión cuántica generarán masas interestelares, estrellas de la población II, conglomerados, galaxias elípticas, espirales con estrellas de la `población I y núcleos cada vez más masivos hasta probables grandes agujeros negros que podrían sumarse de nuevo a los grandes atractores que a su vez generarán nuevos big-bangs.

Las pulsaciones por acumulación de energía se dan en cualquier escala dimensional del Universo, expandiendo el exceso local de energía-materia interaccionando con el entorno y retornando de forma más fría con formas de  mayor materialización (materia-energía).

Al no verse en ningún momento que ninguna forma de espacio sea cerrada o aislada lo que llevaría a la homogeneidad del mayor nivel de entropía, que no se observa, es muy probable que no existan límites escalares ni dimensionales a los fenómenos del universo y por tanto del espacio y del tiempo.

La idea creacionista de considerar un fenómeno global particular o único a un posible o incluso probable Big-Bang es tan absurda, como la idea de que si nos cae una manzana en la cabeza no haya venido de ningún lado, ya que acaba de crearse de la nada.

Por tanto, las pulsaciones o evoluciones de las estrellas que se observan en las pulsaciones o evoluciones de las galaxias lo serían dentro de las posibles pulsaciones y evoluciones de big-bags que, de existir, serían, por su falta de entropía, parte de las por lo menos tan probables pulsaciones de hiper-bigbangs, etc...

 

LA MAGNA LEY DE LA CONSERVACION DE LA MATERIA.

El Universo tiende a mantener el máximo de equilibrio mediante la autoreducción de la energía por su autoconcentración en forma de paquetes de materia (materialización de la energía) y la conservación de la máxima cantidad compatible de materia con el nivel de energía del entorno o campo. La ley de la conservación de la materia es la causa de cualquier tipo de evolución material ya sea física, química o biológica, incluyendo en este último grupo la evolución sicológica y sociológica de la especie humana.

Fuera de las áreas de mayor concentración, tras la expansión o pulsación de la materia-energía, como hemos visto, en las áreas más frías, la materia tiende a desintegrase, a transformarse de nuevo en energía. Para conservarse cada estructura material requiere “nutrirse” de la energía del entorno ya sea en la forma más simple del plasma fotónico-gravitatorio (plasma fotónico) por asimilación gravitatoria  o mejor aún de mayores concentraciones de energía o materializaciones si las hay: mediante la interacción electromagnética, por aproximación o contacto con otras estructuras materiales, incluso si la acumulación de matería-energía es suficiente por fusión de núcleos en condiciones núcleo-estelares, núcleo-galácticas o superiores.

Al igual que sucede con los organismos vivos ya que en sus causas es el mismo proceso, cada estructura material tiende a conservarse mediante la “simbiosis inorgánica” con otras masas o, incluso, luchar por su supervivencia “devorando” otras estructuras materiales, mediante diferentes interacciones: fotónico-gravitatoria que simplemente agrupara masas, electromagnética que dará lugar por afinidad química al sometimiento o a la simbiosis electrónica y en circunstancia propicias a la fusión nuclear.

 

La evolución de la materia es su constante adaptación a los cambios energéticos del medio hacia la obtención de un máximo nivel de equilibrio “entropía”, dentro de los diferentes niveles de interacción. Es la causa fundamental de la evolución en el Universo.

CONCEPTO DE PARTICULA ELEMENTAL

En las condiciones del universo que conocemos, probablemente el fotón sea la “partícula estable” más elemental. El fotón interacciona energía con los fotones o plasma del entorno. En situación de mínima actividad en las zonas frías del universo, el fotón interacciona energía a 3 grados Kelvin con los componentes del plasma de fotones más próximo.

Es más que probable que el concepto fotón pueda ser atribuido a diversas partículas que podrían tener otras marcas o que en el proceso puedan formarse otras partículas inestables intermedias, pero la necesidad de síntesis nos obliga a una simplificación en el concepto de partícula básica y a concebir un límite improbable de partícula o conjunto interactivo más elemental, que como veremos es imposible que pueda tener una masa intrínseca material o masa en reposo.

Cualquier fotón interacciona energía con el plasma del entorno de forma direccional o corpuscular, mientras parte de la energía se difunde de forma transversal en las sucesivas interacciones del plasma de fotones: transmisión de energía ondulatoria.

 

Nota aparte

Si el fotón es la partícula más elemental no podría tener masa en reposo.

Cuando nosotros tocamos un objeto, percibimos el choque de de sus electrones contra nuestra piel. Si lo ponemos sobre la mano, tendremos tanta sensación de peso como intensidad de choque de los electrones que lo integran. La propia percepción nos da una idea del concepto de masa: intensidad de percepción = “cantidad de choques” = peso o magnitud de la masa. Pero, lo que choca son  electrones, que no son partículas elementales y probablemente estén integrados por cuantos de fotones. Siempre tiene que haber una partícula más primaria en movimiento para que pueda ser percibida como masa.

Siendo la masa del fotón cuanto menos despreciable, es absurdo hablar de viento de cara del plasma fotónico por el movimiento de la Tierra, lo que ha frenado, la evolución de la sintética teoría del “éter lumínico” , planteada ya en el siglo XIX por el genial Maxwell

Por otra parte, considerar al fotón como una partícula que puede viajar por el universo por miles de millones de años sin perder energía, parece poco probable. Es imposible que una partícula pueda existir en el vacío, aislada y conservada no se sabe porque entorno, y mantenga la cantidad de energía acumulada sin más. La materia siempre evoluciona o involuciona según las condiciones del entorno energético y siempre interacciona con el mismo.

(Fin na)

 

LA LUZ, ¿CORPUSCULOS MILAGROSOS?...

Aparte de la poco sintética idea de que el fotón pueda existir como partícula, aislado y conservado en la nada, como si pudiera auto-nutrirse de si mismo; resulta poco razonable el concepto de que la luz son simples corpúsculos fotónicos que se distribuyen de forma ¿homogénea? en todas direcciones, irradiados por sus fuentes; eso si, sometidos a los cambios de trayectoria  por las masas. De ser así, las masas doblegarían las trayectorias de la luz corpuscular que siempre ocuparía, como los ríos, los cauces de menor energía. Al igual que las moléculas de agua, verdaderos corpúsculos, sometidos a la gravitación, la luz a grandes distancias, por el mismo efecto, debería seguir cauces de menor energía formando torrentes y ríos de luz, incluso depositándose en lagos o mares.

 

Cuanto mayor es la energía del fotón, mayor es el componente corpuscular.

De cualquier forma, el conjunto que denominamos fotón perderá energía en las sucesivas interacciones.

Debemos entender que el fotón se comporta como una bola de billar que incide sobre una fila de bolas unidas. La fuerza de cada una de ellas interacciona con la siguiente hasta que la última transforma la energía en movimiento, al no tener obstáculo.

Cualquier concepto de velocidad que sea constante, ya sea la del sonido a través del aire o de un fluido, o de la luz a través del plasma fotónico, indica que la velocidad es constante en función de la densidad del fluido del medio por donde se desplaza por interacción, de forma independiente a la intensidad de emisión, que si fuera simplemente corpuscular si la haría variar de forma proporcional.  

Salvo en condiciones de muy alta energía: jets de quasares, etc…, los fotones en general no se desplazan a grandes distancias, sino que transmiten su energía a los fotones del entorno en sentido corpuscular o direccional y en sentido transversal u ondulatorio (perdida por disipación).

De cualquier forma, la pérdida de energía de los fotones direccionales se traduce en ganancia de energía transversal o de campo.

Naturalmente, la disipación de la energía se transmite al conjunto de la masa del universo.

 

Debemos entender que el Universo se comporta como un gas, que los fotones calientan, haciendo aumentar la temperatura y, por tanto, la presión endógena o de gravitación. La intensidad de presión del gas es la constante de gravitación.

 

Diferencia entre radiación y gravitación:

EL UNIVERSO LIGERO Y EL UNIVERSO MASIVO.

Siendo la masa intrínseca del fotón teórica despreciable, aunque su vector energético sea muy intenso sobretodo en zonas de alta densidad de plasma, la presión de radiación es suficiente para expandir los elementos más ligeros del universo, cuando no forman estructuras densas.

Por el contrario, los cuerpos más densos son más sensibles a la reacción del campo o gravitación que a la radiación.

Por ejemplo: a un millón de kilómetros del centro del Sol, la presión fotónica o de radiación es de 0,1 pascal, arrastrando hacia el exterior incluso las partículas ionizadas atrapadas en el campo magnético solar. Es evidente, que ningún gas que no gravite a una masa planetaria considerable permanecería a menos de 0,1 años luz del Sol sin ser expulsado más allá de dicha distancia.

Incluso los cuerpos sólidos si son menores de una décima de milímetro se alejarían a la distancia que nos separa del Sol (1 u.a.) si no se encuentran sometidos a la atracción de otro cuerpo masivo.

Dado que la presión de radiación aumenta en función exponencial de la temperatura elevada a la cuarta potencia (T^4), es fácil comprender donde impera la presión de radiación y donde la gravitación.

Podemos considerar al universo externo, sometido a dos forma de la misma interacción: La radiación, o sea, de acción de la materia hacia el exterior y de reacción o gravitación del exterior hacia la materia. La expansión fotónica desde las áreas de mayor energía y la concentración gravitatoria en las zonas más frías son simétricas por procesos reversibles.

El universo de la gravitación o de reacción agrupa las masas

Fuera de las condiciones de alta concentración de energía (núcleos estelares o de galaxias donde se ha formado), la materia tiende a desintegrar o escindir sus núcleos atómicos, desde muy rápidamente en los elementos muy masivos o radioactivos, hasta de forma muy lenta en los elementos más ligeros.

Por tanto, fuera de las condiciones ideales donde se crea, la materia se destruye o desintegra aunque sea de forma muy paulatina.

Para conservarse requiere mantener el máximo equilibrio termodinámico, absorbiendo energía que puede provenir de escisión del propio núcleo o intentará obtenerla de las esferas o campos de interacción exteriores inmediatos: campo electromagnético y éste a su vez del campo fotónico-gravitatorio. Por tanto, en las áreas frías del universo la materia para conservarse requiere “nutrirse” de energía proveniente en su interacción mas externa del plasma fotónico-gravitatorio, en función directa de su cantidad de materia o masa integrada.

La absorción del plasma de fotones produce el desequilibrio o distensión del campo de fotones de forma proporcional a la masa, siendo la intensidad de distensión o “tensión de campo” en cada punto del entorno inversa al cuadrado de la distancia de dicho punto y a la masa acumulada.

La distensión o absorción del campo fotónico producida por la masa queda bien interpretada de forma tensorial, pero no se trata de la distensión del espacio- tiempo, sino simplemente del campo fotónico. Aunque pueda interpretarse aparentemente como distensión del espacio-tiempo, el tiempo es independiente como veremos y lo variable es el espacio de interacción que no la distancia lineal, lo que lleva al error de considerar la velocidad de la luz como invariable cuando lo invariable es dentro de la distensión producida por la masa el número de interacciones de los fotones y el periodo entre ellas.

Las fuerzas o interacciones de la naturaleza se mezclan. Incluso en el universo frío, donde predomina la gravitación, los cuerpos radian energía fotónica por la pérdida de energía de los núcleos o, incluso por la perdida de energía de los electrones, si bien el balance entre la energía absorbida y desprendida tenderá a ser negativa en el universo frío y positiva en las áreas calientes.

Po ejemplo: como hemos dicho a la distancia que la Tierra se encuentra del Sol todas las partículas más pequeñas que una décima de milímetro son expulsadas por la presión de radiación, dado que el vector de gravitación es menor que el de presión de radiación. A la distancia de Júpiter, cinco veces mayor, el equilibrio entre gravitación y radiación afecta a las partículas de una micra de diámetro.

Por tanto, en las proximidades de las estrellas la mayor influencia de la gravitación sobre la radiación depende de la densidad y tamaño de las partículas de materia.

La materia-energía, por tanto, tiende a agruparse sobre los núcleos fríos y a escaparse de las fuentes de energía como las estrellas. La acumulación progresiva de masa sobre la materia fría podrá hacer que dicha masa se convierta en circunstancias propicias en una estrella y se genere un nuevo centro de expansión de energía. Este proceso general que equilibra las interacciones del universo podría denominarse pulsaciones de la materia y energía donde la expansión principalmente fotónica se compensa con la impansión o concentración gravitatoria.

 

En el plasma fotónico, la velocidad de propagación de los fotones estará en proporción a la densidad de fotones del entorno. Volviendo al ejemplo de las bolas de billar: Si las bolas están unidas al golpear la primera de inmediato se dispara la última, la transmisión de energía entre la primera y la última es prácticamente instantánea, pero si estuvieran ligeramente separadas, cuanto mayor fuera la separación tardarían mas en transmitir la energía de la primera a la última, ya que el espacio recorrido entre cada bola sería mayor.

Cuanto mayor es el espacio comprendido entre fotón y fotón en el campo de plasma, más variara el tiempo de transmisión de energía entre cada uno de ellos.

También, cuando el fotón debe interactuar con otras partículas que desplazan al plasma de fotones, cuando la luz se desplaza a través de gases o líquidos en general se reduce la velocidad estándar. En la distancia estándar de concentración de fotones en el plasma de 3 K. la velocidad de transmisión de energía es de 300.000 Kilómetros por segundo por lo menos a nivel local.

En otras áreas, más enrarecidas, por ejemplo en el plasma distendido que rodea a las masas, la velocidad variará en función del grado de distensión. Por tanto,  al ser la distensión o densidad de fotones inversamente proporcional a la masa de materia acumulada y al cuadrado de la distancia a cada punto, la velocidad variará en la misma proporción justificando el efecto Einstein, pero no por una supuesta distensión espacio-tiempo

También, es probable, que en las áreas más distantes del universo visible, la densidad del plasma fotónico decaiga hasta la inexistencia. Por tanto, la velocidad de transmisión de energía del fotón tienda en esas circunstancias a cero. En tal caso, el enfriamiento haría retornar a los propios fotones al plasma manteniendo unas fronteras de energía de no interacción próxima a 0 K.

Por el contrario, en áreas de mayor densidad de plasma, pero siempre en la esfera fotónico gravitatoria, la velocidad de trasmisión de energía entre los fotones debería ser mayor, por ejemplo en los núcleos galácticos, lo que justificaría las velocidades supralumínicas observadas en las eyecciones de chorros de los quasares, como 3C273; si bien, también podría ser que dichos objetos no estuvieran tan lejos como se supone. Como veremos más adelante, en dichas áreas de alta concentración de energía la materia interacciona de forma muy violenta y particular.

Aunque la mayor masa desprendida por los chorros de los quásares de los núcleos galácticos masivos sea de fotones, las elevadas velocidades supralumínicas de dichos chorros generan probablemente la energía suficiente para que tras la interacción con los espacios fríos externos se generen masas de partículas, principalmente de hidrógeno y por tanto la materia prima de las estrellas, sobretodo producidas en las áreas donde se observan ondas de choque de los jets, zonas de producción de materia que se transformarán en brazos galácticos.

 

Nota Aparte

Los fotones si inciden sobre los electrones les hacen ganar energía acelerándolos. En condiciones de muy alta densidad de fotones, la ganancia progresiva de energía no expande los átomos hacia fuera, lo hace hacia dentro haciendo aumentar la energía de los electrones próximos al núcleo hasta alcanzar niveles que pueden llegar a formar nuevas partículas nucleares.

Por tanto, son los niveles de excitación o tensión del “campo fotónico”, (energía del entorno) los que marcan las condiciones de la materia y su evolución, de forma semejante al comportamiento del equilibrio químico de una reacción, cuando variamos la presión o la temperatura.

 

EVOLUCION DE LA MATERIA

Fuera de las áreas de generación y expansión de la materia, núcleos galácticos, estelares, etc…, una vez ésta se ha formado  y alcanzado zonas más frías del universo, áreas de predominio de la gravitación, la materia tiende a unirse por la distensión o consumo del campo fotónico que la separa, en suma por la gravitación, incrementando y densificando su masa.

Como veremos este proceso, que puede ser muy largo, sucede en las áreas frías de las galaxias y determina las diferentes formas de evolución de la materia, incluida la biológica.

A la larga, toda la materia de los espacios fríos tenderá a concentrarse y agruparse en un largo proceso hasta alcanzar de nuevo el núcleo de las galaxias y convertirse en agujeros negros, como veremos más adelante.

La observación indica con claridad que el primer elemento formado a partir del plasma fotónico, como hemos dicho cuando está sometido altas densidades y temperaturas, es el hidrógeno.

Una vez se han formado las nubes de hidrógeno, a medida que el entorno se enfría y comienza a potenciarse la gravitación, sufren concentraciones locales que harán posible la formación de protoestrellas y al final de estrellas de la población II, muy estables y ligeras. En estas circunstancias, ya se habrá formado helio y poco más en los núcleos estelares. Las galaxias sometidas a este nivel de evolución son principalmente elípticas. Si el núcleo de éstas se condensa y acaba formándose un agujero negro, todo el proceso se acelera. La materia entonces tenderá a caer sobre el núcleo y la galaxia pasará a ser espiral, por la eyección de brazos desde el núcleo y la creación de la población I, donde en los senos de las estrellas se forman elementos cada vez más pesados. A medida que pasa el tiempo, la caída y regeneración de materia sobre los núcleos galácticos es cada vez más rápida. Probablemente, al final, el crecimiento del núcleo y densificación de la materia hará desaparecer prácticamente los brazos quedando un agujero negro.

Nota aparte

A medida que los telescopios han permitido adentrarse más en los confines del universo perceptible; cuanto mayor es la distancia, más se disparan los corrimientos al rojo de los espectros de las galaxias, atribuidos de forma simplista al efecto Doppler , lo que ha dado pie a multitud de nuevas teorías que intentar mantener los modelos cosmológicos basados en el Big-Bang.

La constante de Hubble, que hacia lineal la expansión del Universo, lo ha dejado de ser ya que es progresiva y, por tanto, no constante.

Es evidente que la velocidad de alejamiento aparente de las galaxias obedece más a una progresión exponencial que a una lineal.

Teorías como: El universo inflacionario, La materia o energía oscura, intentan dar solución a un problema que a primera vista daría la razón a la vieja teoría de la fatiga de la luz. Por tanto, es evidente, que al igual que en un vidrio sucio, en función del grosor o del espacio, la energía de los fotones se extingue de forma progresiva y pone en tela de juicio las bases de la cosmología actual.

Resulta claro, que dicha energía no se pierde en la nada y será la fuente de nuevas formaciones de materia, con ciertas similitudes a la teoría del estado estacionario de Hoyle, si bien el exceso de helio puede tener multitud de respuestas, como el hecho que a nivel local si que es evidente, pero el balance total no está bien valorado, ya que la mayor parte de estrellas son de la población II casi exclusivas de hidrogeno y helio… ,

De cualquier forma, no son descartables otros planteamientos, como que la expansión también podría ser progresiva por el alejamiento global de masas y la reducción consecuente de la interacción gravitatoria como veremos más adelante y el porqué.

 

NOTA APARTE

De aceptar como irresoluble el experimento de Michelson y Morley con la presencia de plasma, cabe plantearse la alternativa más intuitiva en la ecuación: e=ct.

Es probable, que t (el tiempo) como variable independiente sea el valor absoluto. Por tanto, sería la velocidad de la luz (c) y el espacio (e) los valores relativos. Por tanto, espacio y velocidad serían el mismo atributo.

En tal caso, los fotones siempre tardarían el mismo tiempo en interaccionar dentro del plasma de fotones en el espacio externo, sea cual fuere la densidad del plasma de fotones. De forma, que un fotón que incidiese sobre el plasma dispararía al siguiente en el mismo tiempo, sea cual fuere su separación, dentro de unos límites razonables.

De esta forma, volviendo al problema de las bolas de billar, el espacio serían las bolas y el tiempo que tardarían en trasmitir el impulso sería proporcional al número de bolas o fotones que entrarían en interacción.

Según hemos visto en las bases psicologicas de la física, es la definición de tiempo, mucho más conceptual o abstracta (área del habla o de pensamiento linguistico), la que menos se adapta a una forma sencilla e intuitiva de universo basado básicamente en la representación visual del espacio (interacción tacto-vista), de ahí las dificultades para sintetizar los conceptos tiempo y espacio, pertenecientes a áreas sensoriales distintas.

El error probable radica en el concepto velocidad de la luz, basado en la idea de un corpúsculo dotado de movimiento uniforme: el fotón; en lugar de un concepto más probable de “transmisión de energía” o “velocidad de interacción de partículas” donde el concepto velocidad depende del número y densidad de las partículas “plasma fotónico”.  

 

Los fotones plasma y también pariculas.

Es evidente que en los jets de los quasares o galaxias activas se observan desplazamientos de materia a velocidades supra-lumínicas, en tal caso la materia eyectada: moléculas, átomos o los propios fotones que se comportan como simples paquetes de materia o partículas propulsadas que pueden desplazarse a velocidades ilimitadas como cualquier partícula. Otra cosa es la interacción corpuscular-ondulatoria de un fotón dentro del plasma de fotones. El fotón en este caso no se desplaza sino que transmite su energía al siguiente y así sucesivamente. En tal caso, la velocidad de interacción de los fotones en el plasma exterior es de 300.000 kilómetros por segundo en condiciones locales de reposo…

Un ejemplo parecido es la transmisión del sonido a través de las moléculas que componen el aire. Es evidente que el sonido nos llega al oído por vibración o interacción de las moléculas del aire a una velocidad estándar en el aire de 340 metros por segundo, si bien el aire como conjunto de partículas puede viajar en la cabina de un reactor supersónico a mayor velocidad o también en una violenta onda de choque de una explosión o arrastrado por un cuerpo supersónico.

En tal caso, es fácil discernir el concepto de “sonido” del de “moléculas que componen el aire” o, simplemente, “aire”, ya que sonido es interacción o energía que percibimos y aire es materia transmisora.

Las ondas o vibraciones siempre se desplazan a velocidades constantes en los fluidos, dependiendo de la naturaleza del fluido y su densidad y de forma independiente a las velocidades de los objetos emisores.

Por igual, deberíamos discernir: fotón = materia; de luz = interacción o energía.

Cuando percibimos el sonido de algo, el sonido siempre viaja a la misma velocidad si las condiciones de la materia que interacciona son las mismas, sea cual sea la velocidad radial del cuerpo emisor, de ahí que varíe la frecuencia por el efecto Doppler.

Otra forma de interpretar el proceso de transmisión de energía a través del plasma fotónico-gravitatorio que pueda hacernos comprender la interpretación errónea del tiempo “elástico”, es considerar a dicho plasma como una red elástica distorsionada por las masas (absorbentes) que hacen que se abombe sin que el número de nudos de la red varíe.  La trasmisión de la señal sera constante al número de nudos ya que el número de interacciones es constante y el concepto tiempo será el de el número lineal de nudos.

De forma, que aunque varíe la longitud del recorrido por la deformación producida por las masas, la distancia lineal será la misma y el “tiempo” será invariable al número lineal de nudos, de ahí que lleve a la confusa interpretación de deformación de espacio-tiempo, cuando el tiempo es una variable independiente al proceso y lo que si varíe es la velocidad de la luz aunque no la distancia ya que el número de interacciones será el mismo.

Dicho fenómeno que queda patente además por la simetría de los arcos de las lentes gravitacionales, difíciles de interpretar si el tiempo fuera relativo.

 

Es bien conocido que los sentidos nos permiten adaptarnos a las condiciones del medio para sobrevivir. Hay sentidos que perciben directamente los objetos por interacción de nuestro organismo con los propios cuerpos y otros que nos permiten conocer su presencia sin tener un contacto directo con los mismos lo que  ha permitido sobrevivir a nuestros antecesores si el objeto en cuestión era un tigre, gracias a la percepción de las vibraciones o interacciones interpuestas con los medios fluidos que nos separan de ellos.

Nuestro sentido del oído está condicionado a percibir las vibraciones que se desplazan en los fluidos o en los sólidos moleculares. Esos sonidos los interpretamos como información. En el aire las vibraciones o interacciones moleculares lo hacen a una velocidad estándar de 340 metros por segundo, si bien la naturaleza del sonido emitido y recibido serán diferentes en función de la  velocidad radial del emisor y eso hará que cuando el cuerpo se acerque se perciba más agudo e intenso que cuando se aleje. De cualquier forma, la velocidad de transmisión de la onda o interacción molecular será siempre la misma, ya que no es el objeto que se desplaza lo que percibimos sino su sonido. Por tanto, cuando viajamos por ejemplo en moto, el sonido que percibimos de cara de lado o de espalda siempre va a 340 metros por segundo, aunque varíe su frecuencia por el efecto Doppler. Es evidente, que si la velocidad del sonido fuera mayor de frente el efecto Doppler no existiría ya que nos llegarían las ondas con la misma cadencia y, por tanto, su frecuencia no variaría.

Al igual, con la luz sucede simplemente lo mismo: la luz interacciona el plasma lumínico o de fotones a 300.000 kilómetros por segundo, de ahí que varíe por igual la frecuencia e intensidad en función de la velocidad radial del emisor o de nosotros, o sea, por el mismo efecto Doppler.

Nuestros sentidos se han adaptado a las interacciones más comunes que nos informan de las condiciones de nuestro medio para sobrevivir. Los conceptos  físicos de dichas interacciones deben estar vinculadas a nuestros sentidos de ahí que existan. Los planteamientos metafísicos, así como los relativistas son absurdos.

Volviendo al el experimento de Michelson-Morley, dicho experimento se basa en la interferometría. Por tanto, proviene de la condición ondulatoria de la luz y no la supuesta corpuscular. Se argumenta que deberíamos percibir, de existir, el “viento de cara” del plasma lumínico o velocidades radiales distintas en función del movimiento de la Tierra.

En cuanto al primer punto; como ya dijimos, el plasma lumínico no es plasma molecular compuesto de partículas masivas (formadas a su vez por otras partículas).

Por otra parte, es como confundir el viento de cara con el sonido de cara. El viento proviene de la percepción de las moléculas de aire y el sonido de una onda de interacción entre las moléculas del aire, de velocidad invariable al observador, de ahí que oigamos el sonido del trueno en orden de su proximidad y no de su cronología, al igual sucede con el experimento con interferómetro de Michelson. Se basa en interpretar de forma correcta ¿qué es la luz…?

La luz no es un simple flujo de fotones que individualizamos y así medimos su velocidad. La luz, al igual que el sonido, es una transferencia de energía o impulsos entre las partículas del plasma fotónico, invariable en su velocidad de interacción porque depende de su densidad y no de la velocidad de las partículas respecto a un observador.

El problema que no es tan fácil  de interpretar es que, cuando nosotros nos dirigimos contra una fuente de luz o de sonido, nos dirigimos contra las partículas ya sean fotones o moléculas de aire, no contra su interacción (para nosotros su información) que es absolutamente independiente e invariable. Al igual, cuando ponemos la radio en el coche, en función de nuestra velocidad, no variará la información que nos proporciona.

 

LA RELATIVIDAD ESTÁ EN EL CONCEPTO NO EN LA LUZ

Si la velocidad de la luz (luz como conjunto de ondas) fuera absoluta y el espacio y tiempo fueran lo variable o relativo, el conjunto de ondas o luz sería invariable a la velocidad radial (o de aproximación) del observador. Por tanto, no se vería afectada por el efecto Doppler.

Vamos a suponer tres ondas de fotones: Pepe, Juan y Pedro que en función de su frecuencia van caminando hacia nosotros distanciados 10 metros cada uno, si caminan a la misma velocidad de dos metros por segundo y nosotros nos encontramos quietos se cruzarán con un periodo de cinco segundos cada uno.

Supongamos que ahora vamos en dirección hacia ellos a la misma velocidad. Es evidente que nos cruzaremos con ellos cada 2,5 segundos. Por tanto habrá variado la frecuencia de cruce. Esa variación es conocida como efecto Doppler.

Vamos a suponer que la velocidad de Pepe Juan y Pedro es absoluta con relación a nosotros. De ser así, estemos sentados o en movimiento siempre tardarían lo mismo. Nos encontrarían estando sentados o no cada cinco segundos, sin variar la frecuencia de paso. Por tanto, no habría variación de frecuencia o efecto Doppler.

Es evidente, que al igual que sucede con el sonido en el aire, la velocidad de interacción de los fotones en el plasma fotónico es constante a una misma densidad, pero no la interacción de los fotones con el observador. Hay que saber discernir lo que es velocidad relativa de los fotones con velocidad de interacción de la luz, al igual que discernimos más fácilmente viento de cara de sonido de cara.

 

En resumen, nos puede atropellar un vehiculo supersónico que toque constantemente el claxon sin que lo oigamos si viene en dirección a nosotros, al igual que nos puede destrozar un chorro supralumínico de un núcleo galáctico sin que lo lleguemos a ver previamente.

Los probables neutrinos, los fotónes o masas superiores  pueden, como todas las otras partículas, viajar a velocidades supralumínicas, aunque el actual estatus científico, más funcionarial que emprendedor, quiera ser ajeno a sus experiencias más relevantes.

Recordemos que Michelson y Morley aceptaron en otras épocas, de ciencia más sincera, unos resultados que no les agradaban y que dieron pie a la física cuántica.

 

UNIFICACION DE INTERACCIONES

Por más tradición que razón, se afirma que en el problema de los dos cuerpos, como si tal cosa pudiera existir más allá de la simple teoría, los planetas no se ven afectados aparte de por el Sol, si no entra en juego un tercer cuerpo perturbador.

Se argumenta, por ejemplo, que la evidente hiperactividad geológica de Io, se debe más incluso a la influencia de terceros cuerpos, los otros satélites galileanos: Europa, Ganímedes y Calisto; que a la masa joviana, que probablemente lo deshaga y convierta en anillos en millones de años.

El problema es, si un planeta o satélite constituye una masa o un conjunto de masas dinámicas o potencialmente dinámicas no tan agrupadas como se cree.

Si tenemos un número de partículas o fracciones de masa o materia  sometidas a un campo gravitatorio de una masa externa, sus trayectorias se verían afectadas de encontrarse libres por la masa perturbadora (suma de la masa de las partículas del cuerpo perturbador), de forma que se adaptarían a nuevas órbitas hasta equilibrar la perturbación.

Supongamos que dichas partículas integran una masa sólida indeformable. La cantidad de energía cinética no transformada en un nuevo equilibrio termodinámico orbital se transformará en calor que es simplemente el aumento de la energía cinética de las partículas.

Este proceso se hace evidente cuando los satélites o cometas cruzan el denominado límite de Roche, llegando a la destrucción del cuerpo afectado causa probable de los anillos planetarios o, por ejemplo, en lo sucedido al cometa Shoemaker Levy 9 que se descompuso y redujo su órbita tras su aproximación a Júpiter para en su siguiente periastro chocar con el planeta en 1994.

Por tanto, cualquier cuerpo sometido a una perturbación gravitatoria experimentará cambios en su dinámica molecular o de partículas cuya suma de energía cinética (“direccional de órbita”) más térmica (“cinética transversal o de velocidad de las partículas”) será constante aunque la proporción de cada una de ellas varíe según la intensidad de la perturbación en función de la masa del objeto perturbador y cuadrado de la distancia en cada momento de la trayectoria. Si el astro sometido a la perturbación es rígido la mayor cantidad de energía se transformará en calor (cinética de las partículas).

De forma clásica se describe una órbita como la suma vectorial infinitesimal del vector cinético (v^2.m/2) de dirección --- x,y,z sumado al de atracción ----(x´,y´,z´)G.  si bien en este último el concepto de gravitación vectorial (G) resulta demasiado abstracto, siendo en realidad ----x´,y´,z´(F=G) el resultante vectorial (F) también cinético de todas las fuerzas o interacciones sobre todas las partículas del cuerpo perturbado.

El concepto termodinámico es por tanto siempre dinámico (dinámica del astro o de sus partes o partículas) y sólo aplicable como térmico a su manifestación externa de desprendimiento y percepción de energía.

Por tanto, vemos que la energía es siempre básicamente cinética o de cantidad de movimiento pero: ¿de qué masa o partícula límite...?

Es evidente que la energía cinética requiere de una masa, partícula o cuanto mínimamente estable, cuya partícula o cuanto a su vez  provendrá de una masa menor que formara parte del conjunto cinético (masa´/2*v^2), integrado por otra masa´ menor que incorporaría como partícula una masa´´ y ésta una masa´´´, etc... 

Vamos a considerar la masa más infinitesimal definible, de forma artificiosa, como lo es el átomo de Demócrito, a la masa del fotón; por darle un nombre relacionado con la partícula más elemental concebida por la física actual más común; si bien, la masa mínima no tiene por que tener límite micro-cósmico, al igual que la “macro-particulahiper-bigbang no tendría por que tener un límite macro-cósmico ya que en un sentido u otros no podemos disociar el concepto de “masa” del de “cinética de masa menor”.

Por ejemplo, un planeta de masa m, por su velocidad v, genera una energía cinetica e, ( e,=m,/2*v,^2).

La masa m, será la suma de la masa de todas sus partículas p,, cuya masa individual será el producto de la energía cinética de cada partícula p,, a la velocidad v,, (e,,=m,,/2*v,,^2) siendo la masa de p,, =e,,

Podemos a partir de aquí crear modelos de partículas mas o menos estables agrupando las partículas o conjuntos que nos interesen en el escenario energético o de interacción que convenga, ya sean partículas o anti-partículas, quizás diferenciadas por “el sentido de giro”.

Supongamos que nuestro universo local es como una hipergalaxia espiral con un sentido determinado de giro. Como sucede en nuestro sistema planetario local, los cuerpos que han perdurado más son los de órbitas más estables, las que tienen un sentido de giro contrario a las agujas del reloj. Con el tiempo, los cuerpos retrógrados o anómalos han chocado y se han desintegrado llevándose por delante a la misma cantidad de masa estándar. Al igual que en nuestro sistema planetario prevalece las masas no retrógradas, en la hipergalaxia de nuestro universo local prevalece la materia sobre la antimateria; es decir, las masas derivadas del sentido de giro de la mayoría de masa de la hipergalaxia original.

Al ser la masa agrupada simplemente el reflejo de la suma de la energía dinámica de todas partículas cuando las masas tienden al infinitésimo; el concepto de masa realmente en reposo no parece por tanto probable, ya que consideraríamos que puede haber materia sin contenido dinámico interno, es decir materia sin energía. La equivalencia entre masa y energía será simplemente el de la energía cinética del conjunto e=m/2*v^2, siendo la velocidad de expansión de la energía desprendida por una masa desintegrada variable a la velocidad de interacción del fluido por donde se expande, en el plasma fotónico-gravitatorio de nuestro entorno la de 300.000 Km/s.

 

Volviendo al universo más próximo, y por tanto, probable; según lo dicho, cualquier astro sometido a una perturbación gravitatoria se calienta en función de su masa y de la masa y cuadrado de la distancia del objeto perturbador.

Por tanto, todos los planetas o satélites se calientan o cambian su equilibrio dinámico o térmico por la perturbación de otros astros.

Este proceso es a su vez  reversible.

Cuando un cuerpo se aleja de un astro perturbador, el conjunto de su movimiento de partículas si es rígido o dinámico si es fluido se vería reducido o enfriado aumentando la cinética orbital del conjunto. Se trata, por tanto, de una de las formas bastante comprensible de síntesis cognitiva para describir el porqué los astros describen órbitas y en este caso también las causas.

 Pero no es sólo la perturbación gravitatoria la que varía el equilibrio termodinámico de los astros en función de la relación entre el calor y la velocidad del conjunto de su masa (suma termodinámica), como hemos visto sucede lo mismo con el calor que recibe el cuerpo por radiación que variará su velocidad; por tanto, al conjunto de la perturbación de una masa sobre otra la llamaremos interacción fotónico-gravitatoria y al cambio de estado de cada astro tras la perturbación le llamaremos nivel de equilibrio termo-dinámico del conjunto de sus partículas, masa o suma termodinámica.

Este principio es por igual aplicable a otras formas de interacción: electromagnética, nuclear...

Por tanto: Cualquier tipo de interacción modifica el equilibrio termodinámico de los cuerpos vinculados siendo el conjunto de la interacción constante.

 

MASA=CINETICA DE PARTICULAS MAS CINETICA DE MASA

Al aumentar la temperatura de un cuerpo por la perturbación de otro, la sub-masa “en reposo” se incrementa  en función del aumento de la actividad térmica de sus partículas pero la suma termodinámica se mantiene  ya que la sub-masa dinámica-direccional se reduce en la misma proporción, siendo la suma de ambas constante, que es en sí, la masa global. Por tanto el vector inercial se mantiene siempre que la densidad general de la materia o lo que es lo mismo el nivel global de interacción a nivel local sea constante. 

Aparentemente, deberíamos pensar que si un planeta se calienta e irradia energía al pasar por el perihelio por su interacción gravitatoria con el Sol, disminuyendo, por tanto, su energía cinética orbital lo que haría que a la larga su órbita dejara de ser una elipse para ser ligeramente espiral centrípeta, también es cierto que la mayor proximidad al Sol calentaría el planeta haciéndole ganar energía cinética orbital, de cualquier forma el intercambio de energía es bastante cerrado o compensado sobre el conjunto de la interacción global, lo que da cierta estabilidad al conjunto, si bien es probable que a la larga la energía del conjunto que escapa al exterior se traduzca en pérdida de energía potencial del conjunto y los astros salvo excepciones como cuando se aproximan al límite de Roche tiendan a unirse en tiempos que pueden ser extremadamente prolongados.

Es evidente que si los planetas pierden energía-masa en el proceso, mayor es la perdida de masa de las estrellas que debería distanciar por el contrario a sus planetas. Los efectos seculares de las órbitas pueden indicar un balance global sin duda bastante equilibrado.

El frenado de las rotaciones de los planetas es evidente y aceptado en general por el proceso de interacción de masas, pero sólo se contempla como efecto de marea ¿cuando los cuerpos están próximos...? sin que se aplique dicho efecto entre las masas distantes.

En el sistema Luna-Tierra se afirma que la Luna se aleja de forma secular unos dos centímetros por año, la telemetría láser así parece indicarlo. De cualquier forma, de desprenderse los satélites de sus planetas, deberían haber algunos orbitando libres cerca de la órbita de su antiguos planetas. Se afirma que Venus pudo haberse separado de su antiguo satélite dada la mayor perturbación del Sol. De todas formas, no hay nada cerca de su órbita. ¿Pudo haber colisionado más tarde con el propio planeta, causando su actual estado catastrófico...? 

En la actualidad, en nuestro sistema planetario sólo sería posible la separación dinámica de dos astros en el caso de Plutón con Neptuno, si bien la estadística indica lo contrario ya que hay cientos de de cuerpos plutonianos libres en el cinturón de Kuiper y, sobretodo, la presencia de un gran satélite de Plutón, Caronte que hace inviable dicho planteamiento.

Por el contrario, la presencia constante de anillos en los planetas masivos parece indicar que los satélites interiores están condenados a acercarse y descomponerse y más si tenemos en cuenta la  inestabilidad de los cuerpos que componen los anillos que hacen que los microsatélites caigan de forma habitual sobre los planetas formando manchas ecuatoriales, sobretodo en el señor de los anillos, Saturno.

En un supuesto big-bang, al alejarse las masas de forma general y no sólo local, el nivel de interacción decrece de forma progresiva, por tanto, las masas deberían acelerarse a medida que se enfrían, lo que justificaría el efecto de aceleración que se atribuye a la supuesta materia o energía oscura. Al final, a medida que la materia se enfría y la interacción fotónico-gravitatoria desaparece sería justificable que, en un espacio no interactivo vacío de materia y, por tanto, de interacción, la masa desapareciera, quedando sólo una expansión fotónica o a lo sumo de materia minimizada. No obstante, la ausencia de entropía general u homogeneidad global, nos indica que el universo perceptible no es un sistema termodinámico aislado y que un supuesto Big-Bang es sólo una simple pulsación de materia-energía dentro de un macro-conjunto interactivo. En tal caso, descompuesta o minimizada la materia por casi ausencia de interacción, vendrían los restos a sumarse a otras estructuras externas o al plasma fotónico que a su vez nutre a la propia materia global del universo. El ciclo general de pulsación de materia-energía quedaría cerrado. Es evidente, que el proceso es reversible.

Por tanto, también por el efecto inverso, en un supuesto Big-Crunch, al acercarse las masas de forma general y no sólo local, el nivel de interacción aumenta de forma regresiva, por tanto, las masas deberían frenarse a medida que se calientan y aproximan, hasta que la deceleración neutraliza la aproximación y la acumulación de energía-materia genera el rebote consecuente, comportándose, por tanto el universo a dicho nivel espaciotemporal como una estrella pulsante, sin que se lleguen a dar probablemente los niveles de concentración de energía previstos en la actual teoría del Big-Bang.

Se podrían dar, por tanto, distintos modelos de pulsación “big-bang”, como sucede en las propias estrellas y galaxias, pulsaciones más cerradas aunque no aisladas: sin dispersión de masa, tipo estrella variable recurrente, o mas abiertas; pulsación con dispersión de masa e interacción con otras pulsaciones, tipo nova o supernova.

Lo que debe quedar claro es que la aceleración de la masa en un supuesto big-bang mantendría siempre el equilibrio termodinámico de forma limitada si es una estructura aislada o menos si es interactiva. Si la masa se reduce, se expande para mantener la suma termodinámica (ya que la energía cinética de las partículas más la cinética del conjunto es contante) aumenta el conjunto de la energía potencial o de gravitación

Es decir, a medida que la masa-materia decrece y se expande aumenta la energía potencial o del campo hasta equilibrarse, por tanto a medida que la materia se (expande-decrece o enfría) aumenta la energía potencial o del campo, es decir la gravitación.

Naturalmente, a nuestro nivel tecnológico la gravitación parece constante, por lo menos a nivel de nuestro sistema planetario y no muy distinta con relación a otros sistemas estelares, si bien a nivel de galaxias no lo parece tanto.

Centrándonos en un espacio mucho más próximo y tangible, aparte de los planteamientos antedichos que se ven reforzados por el exceso de temperatura observado en los exoplanetas; en la temperatura interna de los astros entran en juego otras transformaciones de energía: la auto-gravitación sobretodo en los cuerpos con formas ya esféricas, planetas de más de 100 kilómetros de radio, se comprime el núcleo por la propia masa pasando de energía potencial de masa a calor.

En la temperatura interna de los planetas entran en juego diferentes transformaciones de energía: la auto-gravitación sobretodo en los cuerpos con formas ya esféricas, planetas de más de 100 kilómetros de radio, donde se comprime el núcleo por la propia masa pasando de energía potencial de masa a calor.

Cuando el núcleo de un planeta es masivo, como la Tierra, debe presentar elementos radiactivos y generar fisión nuclear, tanto más intensa cuanto más masivo sea el núcleo.

La proximidad del Sol o cualquier estrella sobre un planeta multiplica la actividad de fisión e interacción del núcleo que es patente cuando alcanza varios miles de grados por tener una masa de metales por lo menos no muy distante a la de la Tierra o Venus.

La independencia entre la rotación del núcleo y la superficie en los planetas, puesta de manifiesto por la inclinación del eje magnético con relación al geográfico, indica además una fricción de las capas internas que puede ser extrema en el caso de Venus.

La Tierra tiene una temperatura superficial 36 grados superior a la consecuente por su albedo. Júpiter y Saturno alrededor de 60 grados mayor, Urano+15 y Neptuno+8, pese a su gran distancia al Sol. Es difícil que los 36 grados de más de la superficie de la Tierra con relación a su albedo sean de naturaleza distinta al de los otros planetas masivos y se deba a efectos atmosféricos. En Marte la diferencia alcanza 18 grados, incluso Mercurio de menor masa y más semejante a la Luna es de+8. En Venus el incremento de temperatura nada menos que alcanza +485 grados, lo que hace que rompa todas las proporciones de los otros planetas.

 

EL PROBLEMA DE VENUS

Venus se encuentra en una situación muy anómala en comparación al resto de planetas.

Es probable que Venus se haya anclado por lo menos su superficie de forma reciente al Sol y su núcleo todavía gire relativamente rápido por inercia de la velocidad histórica de la antigua rotación del planeta, quizás próxima a 24 horas en su origen.

El fenómeno de anclaje de los satélites o planetas cuando quedan atrapados de forma sincrónica los movimientos de rotación y traslación es un proceso probablemente corto y violento.

La superficie queda fijada antes, mientras el núcleo frena su rotación de forma más lenta por su mayor densidad.

En general los planetas presentan una separación entre el polo magnético y geográfico que indica cierta independencia entre la rotación del núcleo y de la superficie, lo que se debe a la mayor fluidez de las capas intermedias. En el caso de Venus, la diferencia de velocidades sería extrema, lo que indicaría que su núcleo se encuentra probablemente en fase de adaptación al anclaje general del planeta con el Sol. Estas circunstancias generarían una elevada fricción interna entre las capas que hace que su temperatura doble en grados kelvin la que debería tener por su distancia al Sol, además de presentar una extremada ionización consecuente que genera una descomunal actividad eléctrica que alcanza la atmósfera, puesta de manifiesto una vez más por los recientes hallazgos astronáuticos.

La perdida de energía calórica tan intensa podría traducirse en un ligero frenado orbital que haría que su rotación externa sea por el momento ligeramente retrógrada, tal como se observa.

 

Casi todos los cuerpos del sistema solar presentan temperaturas medias medidas más elevadas que la temperatura que les corresponde por albedo.

PLANETAS

Mercurio.- El planeta más interior con un  albedo 0.068 Bond-0.142 geom. presenta las temperaturas a 0ºN:  100-340-700k  y polar a 85º N: 80-200-380 contra 439 k media de albedo, una masa de 33.01 *10^22Kg 0.055 (Tierra) y un semieje (a) de 0.387098 u.a. Temp. med. 166º. Tem. zona 175º  Tem. albedo 158º.  Diferencia: cuerpo negro -9º, albedo 8º

(Albedo 0.14)

Venus.- Presenta un  albedo 0.67 Bond-0.90 geom. La temperatura isoterma 737k contra  248k media de albedo, una masa de 486.75 *10^22Kg 0.815 (Tierra) y un semieje (a) de 0.723 332 u.a.

Temp. med. 464º. Tem. zona 55º Tem. albedo -21º.  Diferencia: cuerpo negro 409º, albedo 485º

(Alb.065)

Tierra.- Presenta un  albedo 0.306 Bond-0.367 geom. La temperatura 184-288-330k contra 278.8k media de albedo, una masa de 597.24 *10^22Kg 0.815 (Tierra) y un semieje (a) de 0.723 332 u.a.

Temp. med. 14º. Tem. zona 5.8º  Tem. albedo -24.5º.  Diferencia cuerpo negro 8.2, albedo 38.5º

(Alb.0.367)

 

PLANETAS EXTERIORES

Marte.- Presenta una temperatura media observada de -46º   contra -47º de la zona y -58º de albedo.        Diferencia: cuerpo negro 1º  albedo 18º

Júpiter.- Presenta una temperatura media observada de -108º   contra -151º de la zona y -171º de albedo.        Diferencia: cuerpo negro 43º  albedo 63º

Saturno.- Presenta una temperatura media observada de -130   contra -183º de la zona y -196º de albedo.        Diferencia: cuerpo negro 53º  albedo 66º

Urano.- Presenta una temperatura media observada de -205º   contra -209º de la zona y -220º de albedo.        Diferencia: cuerpo negro 4º  albedo 15º

Neptuno.- Presenta una temperatura media observada de -220  contra -222º de la zona y -228º de albedo.        Diferencia: cuerpo negro 2º  albedo 8º

 

SATELITES DE JUPITER

Io.- El satélite galileano más interior con un  albedo 0.61-0.63 presenta las temperaturas:  90-110-130k  contra 96.5k media de albedo, una masa de 8.9 *10^22Kg y un radio orbital medio con Júpiter de 421.600 Km.

Europa.- Con un  albedo 0.67 presenta las temperaturas: 50, 102, 125k  contra 92.6k media de albedo, una masa de 4.8 *10^22Kg y un radio orbital medio con Júpiter de 670.900 Km.

Ganímedes.- Con un  albedo 0.43 presenta las temperaturas: 70,110,152k  contra 106k media de albedo, una masa de 14.82 *10^22Kg y un radio orbital medio con Júpiter de 1.070.400 Km.

Calisto.- Con un  albedo 0.22 presenta las temperaturas: 80, 134, 165k  contra 115k media de albedo, una masa de 10.76 *10^22Kg y un radio orbital medio con Júpiter de 1.882.700 Km.

 

LA METAFISICA CUANTICA (PREFACIO DE LA FISICA SINTETICA)

Desde un planteamiento metafísico, los conceptos materia y energía no son tan fáciles de diferenciar. Hablamos de materia cuando consideramos un conjunto de energía capaz de individualizarse del resto al formar una masa, es decir un conjunto interactivo materia-energía algo estable,  constituyéndose en una partícula o un conjunto de estas. En realidad, se trata siempre de conjuntos interactivos definidos.

Dentro de las tres diferentes formas básicas más probables de interacción de la materia y la energía: nuclear, electromagnética y fotónico-gravitatoria, estas se pueden combinar formando conjuntos interactivos, cuando  la unidad que agrupa al conjunto ofrece una función discriminante a nuestro interés.

Es evidente, que cuando detectamos una partícula determinada al igual que si detectamos un gato creamos una idea de esa partícula al igual que creamos una idea del gato, dudar sobre la realidad de la existencia de la partícula o del gato fuera de nuestro pensamiento forma parte ya de los planteamientos tradicionales de la metafísica, de los que se hace abuso en la física cuántica, que en todo caso debería redefinirse como metafísica cuántica.

Está claro que todo lo que somos capaces de pensar son pensamientos, aunque sean consecuencia directa atribuible a la percepción sensorial, o sea, consecuencia de nuestra interacción como conjunto interactivo “humano” con el conjunto de interacciones que constituye lo “externo”.

Pero ya metidos en el conjunto de las ideas físicas sobre nuestro supuesto entorno y valorando como “reales” e independientes las causas y efectos de los fenómenos de la naturaleza que nos rodean, debemos centrarnos en ordenar nuestras ideas sobre la evolución del universo y considerar como respuestas más útiles: las integradoras o sintéticas al conjunto del conocimiento humano. Es decir, las que nos permitan simplificar causas y avanzar en la comprensión del Universo; por lo menos para que nos sean útiles para adaptarnos al medio: posibilitando nuevas soluciones tecnológicas y que permitan simplificar la cosmología.

En la historia de la física hay un antes y un después de cada genio que ha aclarado o ha intentado aclarar conceptos sobre la evolución del universo. Sin despreciar otros puntales, los principales avatares de la física son: Newton, Maxwel y, porque no, Einstein, aunque contra su voluntad como él se lamentó, su participación pudo no ser tan certera y desde luego creó confusión e incertidumbre…

De todos es conocida la capacidad de síntesis de Newton, creando las bases de la física moderna con la definición de gravitación como primera interacción definida, conocimiento que con los fuertes avances de la física sobretodo durante los siglos XVIII y XIX se extrapolarían a otras interacciones: electromagnética y ya en el XX a la nuclear…

Fue Maxwel quien con su extraordinaria capacidad de síntesis en sus leyes de la termodinámica y otros trabajos, creó las bases mas consistentes para explicar la evolución del Universo.

Pero llegamos a un escollo: cuando Maxwell define que el Universo debe estar “lleno” para que todas sus partes puedan interaccionar, debe existir un plasma “luminíco”  entre las estrellas.

Michelson y Morley intentarán demostrarlo, sin éxito aparente y como buenos físicos se lamentarán de ello, mediante sus experimentos fallidos sobre el viento de cara que debe tener nuestro planeta contra el mencionado plasma o éter luminoso.

Nos encontramos a finales del siglo XIX, se plantean diferentes teorías para intentar dar una explicación a la falta de viento de cara del plasma interestelar o, lo que es lo mismo, para dar una respuesta a la falta de diferencias en la velocidad de la luz si nos acercamos o nos alejamos de un objeto.

Einstein plantea una respuesta, que a muchos les parece descabellada: la velocidad de la luz es absoluta y el tiempo y el espacio son relativos, es la teoría de la relatividad, madre de la física cuántica, la física de la incertidumbre…

Einstein quiso encontrar una solución integradora a las fuerzas del Universo, basada en la teoría de la relatividad y las consecuencias, de las que el se lamentó amargamente fueron las contrarias, la creación de la física cuántica. Intento en los últimos años remediarlo con su mayor empeño. Para él, como para cualquier otro genio: “las causas siempre son más simples que los efectos…”

Pero, la física cuántica es anti-reduccionista. Permite un sinfín de modelos de evolución del Universo y sobre todo es abstracta y como tal da cabida a todo o a casi todo: desde planteamientos religiosos a la creación de infinitas áreas de investigación y con ello a un sinfín de puestos de trabajo. Pero, sobretodo, es compleja e intangible y con ello se evitan las dolorosas demostraciones…