UNIFICACION DE INTERACCIONES

Por más tradición que razón, se afirma que en el problema de los dos cuerpos, como si tal cosa pudiera existir más allá de la simple teoría, los planetas no se ven afectados aparte de por el Sol, si no entra en juego un tercer cuerpo perturbador.

Se argumenta, por ejemplo, que la evidente hiperactividad geológica de Io, se debe más incluso a la influencia de terceros cuerpos, los otros satélites galileanos: Europa, Ganímedes y Calisto; que a la masa joviana, que probablemente lo deshaga y convierta en anillos en millones de años.

El problema es, si un planeta o satélite constituye una masa o un conjunto de masas dinámicas o potencialmente dinámicas no tan agrupadas como se cree.

Si tenemos un número de partículas o fracciones de masa o materia  sometidas a un campo gravitatorio de una masa externa, sus trayectorias se verían afectadas de encontrarse libres por la masa perturbadora (suma de la masa de las partículas del cuerpo perturbador), de forma que se adaptarían a nuevas órbitas hasta equilibrar la perturbación.

Supongamos que dichas partículas integran una masa sólida indeformable. La cantidad de energía cinética no transformada en un nuevo equilibrio termodinámico orbital se transformará en calor que es simplemente el aumento de la energía cinética de las partículas.

Este proceso se hace evidente cuando los satélites o cometas cruzan el denominado límite de Roche, llegando a la destrucción del cuerpo afectado causa probable de los anillos planetarios o, por ejemplo, en lo sucedido al cometa Shoemaker Levy 9 que se descompuso y redujo su órbita tras su aproximación a Júpiter para en su siguiente periastro chocar con el planeta en 1994.

Por tanto, cualquier cuerpo sometido a una perturbación gravitatoria experimentará cambios en su dinámica molecular o de partículas cuya suma de energía cinética (“direccional de órbita”) más térmica (“cinética transversal o de velocidad de las partículas”) será constante aunque la proporción de cada una de ellas varíe según la intensidad de la perturbación en función de la masa del objeto perturbador y cuadrado de la distancia en cada momento de la trayectoria. Si el astro sometido a la perturbación es rígido la mayor cantidad de energía se transformará en calor (cinética de las partículas).

De forma clásica se describe una órbita como la suma vectorial infinitesimal del vector cinético (v^2.m/2) de dirección --- x,y,z sumado al de atracción ----(x´,y´,z´)G.  si bien en este último el concepto de gravitación vectorial (G) resulta demasiado abstracto, siendo en realidad ----x´,y´,z´(F=G) el resultante vectorial (F) también cinético de todas las fuerzas o interacciones sobre todas las partículas del cuerpo perturbado.

El concepto termodinámico es por tanto siempre dinámico (dinámica del astro o de sus partes o partículas) y sólo aplicable como térmico a su manifestación externa de desprendimiento y percepción de energía.

Por tanto, vemos que la energía es siempre básicamente cinética o de cantidad de movimiento pero: ¿de qué masa o partícula límite...?

Es evidente que la energía cinética requiere de una masa, partícula o cuanto mínimamente estable, cuya partícula o cuanto a su vez  provendrá de una masa menor que formara parte del conjunto cinético (masa´/2*v^2), integrado por otra masa´ menor que incorporaría como partícula una masa´´ y ésta una masa´´´, etc... 

Vamos a considerar la masa más infinitesimal definible, de forma artificiosa, como lo es el átomo de Demócrito, a la masa del fotón; por darle un nombre relacionado con la partícula más elemental concebida por la física actual más común; si bien, la masa mínima no tiene por que tener límite micro-cósmico, al igual que la “macro-particula” hiper-bigbang no tendría por que tener un límite macro-cósmico ya que en un sentido u otros no podemos disociar el concepto de “masa” del de “cinética de masa menor”.

Por ejemplo, un planeta de masa m, por su velocidad v, genera una energía cinetica e, ( e,=m,/2*v,^2).

La masa m, será la suma de la masa de todas sus partículas p,, cuya masa individual será el producto de la energía cinética de cada partícula p,, a la velocidad v,, (e,,=m,,/2*v,,^2) siendo la masa de p,, =e,,

Podemos a partir de aquí crear modelos de partículas mas o menos estables agrupando las partículas o conjuntos que nos interesen en el escenario energético o de interacción que convenga, ya sean partículas o anti-partículas, quizás diferenciadas por “el sentido de giro”.

Supongamos que nuestro universo local es como una hipergalaxia espiral con un sentido determinado de giro. Como sucede en nuestro sistema planetario local, los cuerpos que han perdurado más son los de órbitas más estables, las que tienen un sentido de giro contrario a las agujas del reloj. Con el tiempo, los cuerpos retrógrados o anómalos han chocado y se han desintegrado llevándose por delante a la misma cantidad de masa estándar. Al igual que en nuestro sistema planetario prevalece las masas no retrógradas, en la hipergalaxia de nuestro universo local prevalece la materia sobre la antimateria; es decir, las masas derivadas del sentido de giro de la mayoría de masa de la hipergalaxia original.

Al ser la masa agrupada simplemente el reflejo de la suma de la energía dinámica de todas partículas cuando las masas tienden al infinitésimo; el concepto de masa realmente en reposo no parece por tanto probable, ya que consideraríamos que puede haber materia sin contenido dinámico interno, es decir materia sin energía. La equivalencia entre masa y energía será simplemente el de la energía cinética del conjunto e=m/2*v^2, siendo la velocidad de expansión de la energía desprendida por una masa desintegrada variable a la velocidad de interacción del fluido por donde se expande, en el plasma fotónico-gravitatorio de nuestro entorno la de 300.000 Km/s.

 

Volviendo al universo más próximo, y por tanto, probable; según lo dicho, cualquier astro sometido a una perturbación gravitatoria se calienta en función de su masa y de la masa y cuadrado de la distancia del objeto perturbador.

De hecho, este efecto se observa en nuestro propio satélite, la Luna. Según las mediciones de temperatura obtenidas por la sonda china en la cara oculta son bastante más bajas de lo esperado, en comparación a las obtenidas en la noche lunar de la cara visible por las misiones Apolo. Bastante menores a las esperadas por la influencia de la radiación terrestre, salvo que el efecto además de radiación sea termo-gravitatorio...



Por tanto, todos los planetas o satélites se calientan o cambian su equilibrio dinámico o térmico por la perturbación de otros astros.

Este proceso es a su vez  reversible.

Cuando un cuerpo se aleja de un astro perturbador, el conjunto de su movimiento de partículas si es rígido o dinámico si es fluido se vería reducido o enfriado aumentando la cinética orbital del conjunto. Se trata, por tanto, de una de las formas bastante comprensible de síntesis cognitiva para describir el porqué los astros describen órbitas y en este caso también las causas.

 Pero no es sólo la perturbación gravitatoria la que varía el equilibrio termodinámico de los astros en función de la relación entre el calor y la velocidad del conjunto de su masa (suma termodinámica), como hemos visto sucede lo mismo con el calor que recibe el cuerpo por radiación que variará su velocidad; por tanto, al conjunto de la perturbación de una masa sobre otra la llamaremos interacción fotónico-gravitatoria y al cambio de estado de cada astro tras la perturbación le llamaremos nivel de equilibrio termo-dinámico del conjunto de sus partículas, masa o suma termodinámica.

Este principio es por igual aplicable a otras formas de interacción: electromagnética, nuclear...

Por tanto: Cualquier tipo de interacción modifica el equilibrio termodinámico de los cuerpos vinculados siendo el conjunto de la interacción constante.

 

MASA=CINETICA DE PARTICULAS MAS CINETICA DE MASA

Al aumentar la temperatura de un cuerpo por la perturbación de otro, la sub-masa “en reposo” se incrementa  en función del aumento de la actividad térmica de sus partículas pero la suma termodinámica se mantiene  ya que la sub-masa dinámica-direccional se reduce en la misma proporción, siendo la suma de ambas constante, que es en sí, la masa global. Por tanto el vector inercial se mantiene siempre que la densidad general de la materia o lo que es lo mismo el nivel global de interacción a nivel local sea constante. 

Aparentemente, deberíamos pensar que si un planeta se calienta e irradia energía al pasar por el perihelio por su interacción gravitatoria con el Sol, disminuyendo, por tanto, su energía cinética orbital lo que haría que a la larga su órbita dejara de ser una elipse para ser ligeramente espiral centrípeta, también es cierto que la mayor proximidad al Sol calentaría el planeta haciéndole ganar energía cinética orbital, de cualquier forma el intercambio de energía es bastante cerrado o compensado sobre el conjunto de la interacción global, lo que da cierta estabilidad al conjunto, si bien es probable que a la larga la energía del conjunto que escapa al exterior se traduzca en pérdida de energía potencial del conjunto y los astros salvo excepciones como cuando se aproximan al límite de Roche tiendan a unirse en tiempos que pueden ser extremadamente prolongados.

Es evidente que si los planetas pierden energía-masa en el proceso, mayor es la perdida de masa de las estrellas que debería distanciar por el contrario a sus planetas. Los efectos seculares de las órbitas pueden indicar un balance global sin duda bastante equilibrado.

El frenado de las rotaciones de los planetas es evidente y aceptado en general por el proceso de interacción de masas, pero sólo se contempla como efecto de marea ¿cuando los cuerpos están próximos...? sin que se aplique dicho efecto entre las masas distantes.

En el sistema Luna-Tierra se afirma que la Luna se aleja de forma secular unos dos centímetros por año, la telemetría láser así parece indicarlo. De cualquier forma, de desprenderse los satélites de sus planetas, deberían haber algunos orbitando libres cerca de la órbita de su antiguos planetas. Se afirma que Venus pudo haberse separado de su antiguo satélite dada la mayor perturbación del Sol. De todas formas, no hay nada cerca de su órbita. ¿Pudo haber colisionado más tarde con el propio planeta, causando su actual estado catastrófico...? 

En la actualidad, en nuestro sistema planetario sólo sería posible la separación dinámica de dos astros en el caso de Plutón con Neptuno, si bien la estadística indica lo contrario ya que hay cientos de de cuerpos plutonianos libres en el cinturón de Kuiper y, sobretodo, la presencia de un gran satélite de Plutón, Caronte que hace inviable dicho planteamiento.

Por el contrario, la presencia constante de anillos en los planetas masivos parece indicar que los satélites interiores están condenados a acercarse y descomponerse y más si tenemos en cuenta la  inestabilidad de los cuerpos que componen los anillos que hacen que los microsatélites caigan de forma habitual sobre los planetas formando manchas ecuatoriales, sobretodo en el señor de los anillos, Saturno.

En un supuesto big-bang, al alejarse las masas de forma general y no sólo local, el nivel de interacción decrece de forma progresiva, por tanto, las masas deberían acelerarse a medida que se enfrían, lo que justificaría el efecto de aceleración que se atribuye a la supuesta materia o energía oscura. Al final, a medida que la materia se enfría y la interacción fotónico-gravitatoria desaparece sería justificable que, en un espacio no interactivo vacío de materia y, por tanto, de interacción, la masa desapareciera, quedando sólo una expansión fotónica o a lo sumo de materia minimizada. No obstante, la ausencia de entropía general u homogeneidad global, nos indica que el universo perceptible no es un sistema termodinámico aislado y que un supuesto Big-Bang es sólo una simple pulsación de materia-energía dentro de un macro-conjunto interactivo. En tal caso, descompuesta o minimizada la materia por casi ausencia de interacción, vendrían los restos a sumarse a otras estructuras externas o al plasma fotónico que a su vez nutre a la propia materia global del universo. El ciclo general de pulsación de materia-energía quedaría cerrado. Es evidente, que el proceso es reversible.

Por tanto, también por el efecto inverso, en un supuesto Big-Crunch, al acercarse las masas de forma general y no sólo local, el nivel de interacción aumenta de forma regresiva, por tanto, las masas deberían frenarse a medida que se calientan y aproximan, hasta que la deceleración neutraliza la aproximación y la acumulación de energía-materia genera el rebote consecuente, comportándose, por tanto el universo a dicho nivel espaciotemporal como una estrella pulsante, sin que se lleguen a dar probablemente los niveles de concentración de energía previstos en la actual teoría del Big-Bang.

Se podrían dar, por tanto, distintos modelos de pulsación “big-bang”, como sucede en las propias estrellas y galaxias, pulsaciones más cerradas aunque no aisladas: sin dispersión de masa, tipo estrella variable recurrente, o mas abiertas; pulsación con dispersión de masa e interacción con otras pulsaciones, tipo nova o supernova.

Lo que debe quedar claro es que la aceleración de la masa en un supuesto big-bang mantendría siempre el equilibrio termodinámico de forma limitada si es una estructura aislada o menos si es interactiva. Si la masa se reduce, se expande para mantener la suma termodinámica (ya que la energía cinética de las partículas más la cinética del conjunto es contante) aumenta el conjunto de la energía potencial o de gravitación

Es decir, a medida que la masa-materia decrece y se expande aumenta la energía potencial o del campo hasta equilibrarse, por tanto a medida que la materia se (expande-decrece o enfría) aumenta la energía potencial o del campo, es decir la gravitación.

Naturalmente, a nuestro nivel tecnológico la gravitación parece constante, por lo menos a nivel de nuestro sistema planetario y no muy distinta con relación a otros sistemas estelares, si bien a nivel de galaxias no lo parece tanto.

Centrándonos en un espacio mucho más próximo y tangible, aparte de los planteamientos antedichos que se ven reforzados por el exceso de temperatura observado en los exoplanetas; en la temperatura interna de los astros entran en juego otras transformaciones de energía: la auto-gravitación sobretodo en los cuerpos con formas ya esféricas, planetas de más de 100 kilómetros de radio, se comprime el núcleo por la propia masa pasando de energía potencial de masa a calor.

En la temperatura interna de los planetas entran en juego diferentes transformaciones de energía: la auto-gravitación sobretodo en los cuerpos con formas ya esféricas, planetas de más de 100 kilómetros de radio, donde se comprime el núcleo por la propia masa pasando de energía potencial de masa a calor.

Cuando el núcleo de un planeta es masivo, como la Tierra, debe presentar elementos radiactivos y generar fisión nuclear, tanto más intensa cuanto más masivo sea el núcleo.

La proximidad del Sol o cualquier estrella sobre un planeta multiplica la actividad de fisión e interacción del núcleo que es patente cuando alcanza varios miles de grados por tener una masa de metales por lo menos no muy distante a la de la Tierra o Venus.

La independencia entre la rotación del núcleo y la superficie en los planetas, puesta de manifiesto por la inclinación del eje magnético con relación al geográfico, indica además una fricción de las capas internas que puede ser extrema en el caso de Venus.

La Tierra tiene una temperatura superficial 36 grados superior a la consecuente por su albedo. Júpiter y Saturno alrededor de 60 grados mayor, Urano+15 y Neptuno+8, pese a su gran distancia al Sol. Es difícil que los 36 grados de más de la superficie de la Tierra con relación a su albedo sean de naturaleza distinta al de los otros planetas masivos y se deba a efectos atmosféricos. En Marte la diferencia alcanza 18 grados, incluso Mercurio de menor masa y más semejante a la Luna es de+8. En Venus el incremento de temperatura nada menos que alcanza +485 grados, lo que hace que rompa todas las proporciones de los otros planetas.

 

EL PROBLEMA DE VENUS

Venus se encuentra en una situación muy anómala en comparación al resto de planetas.

Es probable que Venus se haya anclado por lo menos su superficie de forma reciente al Sol y su núcleo todavía gire relativamente rápido por inercia de la velocidad histórica de la antigua rotación del planeta, quizás próxima a 24 horas en su origen.

El fenómeno de anclaje de los satélites o planetas cuando quedan atrapados de forma sincrónica los movimientos de rotación y traslación es un proceso probablemente corto y violento.

La superficie queda fijada antes, mientras el núcleo frena su rotación de forma más lenta por su mayor densidad.

En general los planetas presentan una separación entre el polo magnético y geográfico que indica cierta independencia entre la rotación del núcleo y de la superficie, lo que se debe a la mayor fluidez de las capas intermedias. En el caso de Venus, la diferencia de velocidades sería extrema, lo que indicaría que su núcleo se encuentra probablemente en fase de adaptación al anclaje general del planeta con el Sol. Estas circunstancias generarían una elevada fricción interna entre las capas que hace que su temperatura doble en grados kelvin la que debería tener por su distancia al Sol, además de presentar una extremada ionización consecuente que genera una descomunal actividad eléctrica que alcanza la atmósfera, puesta de manifiesto una vez más por los recientes hallazgos astronáuticos.

La perdida de energía calórica tan intensa podría traducirse en un ligero frenado orbital que haría que su rotación externa sea por el momento ligeramente retrógrada, tal como se observa.

 

Casi todos los cuerpos del sistema solar presentan temperaturas medias medidas más elevadas que la temperatura que les corresponde por albedo.

PLANETAS

Mercurio.- El planeta más interior con un  albedo 0.068 Bond-0.142 geom. presenta las temperaturas a 0ºN:  100-340-700k  y polar a 85º N: 80-200-380 contra 439 k media de albedo, una masa de 33.01 *10^22Kg 0.055 (Tierra) y un semieje (a) de 0.387098 u.a. Temp. med. 166º. Tem. zona 175º  Tem. albedo 158º.  Diferencia: cuerpo negro -9º, albedo 8º

(Albedo 0.14)

Venus.- Presenta un  albedo 0.67 Bond-0.90 geom. La temperatura isoterma 737k contra  248k media de albedo, una masa de 486.75 *10^22Kg 0.815 (Tierra) y un semieje (a) de 0.723 332 u.a.

Temp. med. 464º. Tem. zona 55º Tem. albedo -21º.  Diferencia: cuerpo negro 409º, albedo 485º

(Alb.065)

Tierra.- Presenta un  albedo 0.306 Bond-0.367 geom. La temperatura 184-288-330k contra 278.8k media de albedo, una masa de 597.24 *10^22Kg 0.815 (Tierra) y un semieje (a) de 0.723 332 u.a.

Temp. med. 14º. Tem. zona 5.8º  Tem. albedo -24.5º.  Diferencia cuerpo negro 8.2, albedo 38.5º

(Alb.0.367)

 

PLANETAS EXTERIORES

Marte.- Presenta una temperatura media observada de -46º   contra -47º de la zona y -58º de albedo.        Diferencia: cuerpo negro 1º  albedo 18º

Júpiter.- Presenta una temperatura media observada de -108º   contra -151º de la zona y -171º de albedo.        Diferencia: cuerpo negro 43º  albedo 63º

Saturno.- Presenta una temperatura media observada de -130   contra -183º de la zona y -196º de albedo.        Diferencia: cuerpo negro 53º  albedo 66º

Urano.- Presenta una temperatura media observada de -205º   contra -209º de la zona y -220º de albedo.        Diferencia: cuerpo negro 4º  albedo 15º

Neptuno.- Presenta una temperatura media observada de -220  contra -222º de la zona y -228º de albedo.        Diferencia: cuerpo negro 2º  albedo 8º

 

SATELITES DE JUPITER

Io.- El satélite galileano más interior con un  albedo 0.61-0.63 presenta las temperaturas:  90-110-130k  contra 96.5k media de albedo, una masa de 8.9 *10^22Kg y un radio orbital medio con Júpiter de 421.600 Km.

Europa.- Con un  albedo 0.67 presenta las temperaturas: 50, 102, 125k  contra 92.6k media de albedo, una masa de 4.8 *10^22Kg y un radio orbital medio con Júpiter de 670.900 Km.

Ganímedes.- Con un  albedo 0.43 presenta las temperaturas: 70,110,152k  contra 106k media de albedo, una masa de 14.82 *10^22Kg y un radio orbital medio con Júpiter de 1.070.400 Km.

Calisto.- Con un  albedo 0.22 presenta las temperaturas: 80, 134, 165k  contra 115k media de albedo, una masa de 10.76 *10^22Kg y un radio orbital medio con Júpiter de 1.882.700 Km.