LA MAGNA LEY DE LA CONSERVACION DE LA MATERIA.

El Universo tiende a mantener el máximo equilibrio termodinámico mediante la auto-reducción de la energía por su concentración en forma de “paquetes de materia” (materialización de la energía) y la conservación de la máxima cantidad compatible de materia con el nivel de energía del entorno o campo.

La ley de la conservación de la materia es la causa de cualquier tipo de evolución material: ya sea física, química o biológica, incluyendo en este último grupo la evolución psicológica y sociológica de la especie humana.

Fuera de las áreas de mayor concentración (núcleos estelares, galácticos, o superiores), tras la expansión o pulsación de la materia-energía, en las áreas más frías, la materia tiende a desintegrase, a transformarse de nuevo en energía si no puede evitarlo por asimilación de energía. De forma semejante a un organismo biológico, para conservarse, cada estructura material requiere “nutrirse” de la energía del entorno ya sea en la forma más simple del plasma fotónico-gravitatorio (plasma fotónico) por asimilación gravitatoria o, mejor aún, si dispone de mayores concentraciones de energía o materializaciones próximas, mediante la interacción electromagnética, por aproximación o contacto con otras estructuras materiales; incluso si la acumulación de matería-energía es suficiente por fusión de núcleos en condiciones núcleo-estelares, núcleo-galácticas o superiores.

Al igual que sucede con los organismos vivos, ya que en sus causas es el mismo proceso, cada estructura material tiende a conservarse mediante lo que denominaremos “simbiosis inorgánica” o, incluso, luchar por su supervivencia “devorando” otras estructuras materiales, mediante diferentes interacciones: fotónico-gravitatoria que además de nutrirse fotónicamente, agrupará masas por efecto de la distensión o absorción del campo fotónico lo que hace posible la aproximación mutua progresiva de los núcleos materiales hasta alcanzar ya cerca del contacto la interacción electromagnética que dará lugar por afinidad química al sometimiento o a la simbiosis electrónica formando moléculas más estables. Si la concentración primero gravitatoria y luego electromagnética se incrementa hasta superar los 10 millones de grados, si hay hidrógeno o a mayor temperatura incluso con otros elementos como el carbono, en circunstancia propicias, se llegará a la fusión nuclear y al inicio del nuevo ciclo de pulsación.

La evolución de la materia es su constante adaptación a los cambios energéticos del medio hacia la obtención de un máximo nivel de equilibrio termodinámico, dentro de los diferentes niveles de interacción. Es la causa fundamental de la evolución en el Universo y de la propia vida. C. de T.