El TELESCOPIO WEBB DETECTA UN UNIVERSO TRANSLUCIDO.

Las imágenes obtenidas por el telescopio Webb sobre el fondo del universo detectan un creciente número de lentes gravitacionales que hacen que los objetos del fondo del universo se multipliquen de forma espectral de forma progresiva en función de la distancia..

De incrementar la profundidad de la observación con futuros telescopios todavía más potentes, el efecto se vería incrementado todavía más.

Las imágenes obtenidas, por tanto, tienden a deformarse por un efecto semejante al que

produciría la observación a través de un vidrio translúcido, lo que limitará la percepción del fondo del universo de una forma tridimensional.

Las imágenes, por tanto, deberán ser re-interpretadas, liberándolas de forma informática del efecto auto-gravitatorio.

LA FE MUEVE GALAXIAS

De alguna forma, debemos asumir de nuevo el concepto de fatiga de la luz por su deformación en función de la distancia y considerar que el universo no es transparente.

Por otra parte, sigue siendo evidente la uniformidad de la evolución de las galaxias en función de la distancia y también sus dimensiones..

La galaxia de Andrómeda o nuestra Vía Láctea deberían brillar a 14.000 millones de años luz con una magnitud de 20 y presentar un diámetro aparente no inferior a un segundo de arco.

Cuando observamos las galaxias más distantes, vemos galaxias de magnitudes más elevadas y diámetros menores en gran abundancia. Además, son semejantes a las de nuestro entorno. Muchas de ellas forman pares interactivos de masa semejante. Por tanto, se trata de galaxias que se han formado y evolucionado de forma independiente y se han vinculado con el tiempo, debiendo pasar en el proceso miles de millones de años.

En este panorama matemático estricto, se puede hablar de Big-bang ni siquiera como teoría. C.T.