TRAPPIST-1 Y SU SISTEMA PLANETARIO HACEN MAS PROBABLES LOS PLANETAS COMO VENUS QUE COMO LA TIERRA
VENUS, LA ROTACION DISTINTA ENTRE SU NUCLEO TODAVIA RAPIDO Y LA SUPERFICIE CASI ANCLADA PUEDE EXPLICAR SU ELEVADA TEMPERATURA Y EXTREMADA IONIZACION
La revista “Nature” y una preparada puesta a punto informativa de la NASA, pusieron de manifiesto el descubrimiento de siete planetas de masa semejante a la terrestre en la estrella denominada Trappist-1, situada a 39 años luz en la constelación de Acuario.
Se trata de una estrella enana roja, con una masa de sólo un 10 por ciento de la del Sol y una temperatura de 1200 centígrados.
El descubrimiento del nuevo aunque algo teórico sistema de siete planetas no tiene, por tanto, ninguna semejanza al nuestro, aunque ofrece una gran muestra de nada menos que siete planetas; por tanto, siempre habrá alguno que esté en una órbita más adecuada, es decir, en mejores circunstancias biológicas que el resto.
Aunque esté lejos probablemente de ofrecer condiciones para una vida compleja como la humana, no es descartable la presencia de algún astro con vida aunque más simple.
Un planeta que gire alrededor de una estrella enana roja de por ejemplo un 20 por ciento de la masa solar, para estar en la zona biológica, debería situarse a sólo un décimo de la distancia que nos separa del Sol, es decir a 15 millones de Km. (0,1 U.A). donde recibiría una cantidad de radiación semejante a la nuestra. En tales condiciones, el planeta se trasladaría alrededor de la estrella casi como la Luna con la Tierra, cada 26 días.
Aunque recibiera la misma cantidad de radiación, el diámetro aparente de la estrella para el modelo propuesto sería de más del doble del solar y cuatro veces mayor para la estrella Trappist-1. Por tanto, desde el planeta biológico de dicha estrella se vería un gigantesco sol rojizo muy oscuro, de cuatro veces el diámetro solar, pero aquí está el muy probable problema: los efectos producidos por la masa de la estrella serían mucho mayores que los que nos produce el Sol por su gravitación.
En los planetas próximos a las enanas rojas, la influencia gravitatoria de la estrella genera un efecto de marea mucho mayor que debería afectar a los planetas sobretodo tan próximos como los detectados en Trappist-1. Dicho efecto, haría sincrónicas las rotaciones con las traslaciones de los planetas, deformando sus masas y haciendo que presenten la misma cara a su sol, como sucede en la Luna con la Tierra.
Pero además, es probable que las masas de las estrellas muy próximas calienten más a los planetas por dentro que por fuera, de hecho no es descartable que también sea así aunque en menor medida en nuestro propio sistema, ya que la temperatura de albedo de los planetas es menor que la observada.
En la temperatura interna de los planetas entran en juego diferentes transformaciones de energía: la auto-gravitación sobretodo en los cuerpos con formas ya esféricas, planetas de más de 100 kilómetros de radio, donde se comprime el núcleo por la propia masa pasando de energía potencial de masa a calor. Cuando el núcleo de un planeta es masivo, como la Tierra, debe presentar elementos radiactivos y generar fisión nuclear, tanto más intensa cuanto más masivo sea el núcleo.
La proximidad del Sol o cualquier estrella sobre un planeta multiplica la actividad de fisión e interacción del núcleo que es patente cuando alcanza varios miles de grados por tener una masa de metales por lo menos no muy distante a la de la Tierra o Venus.
La independencia entre la rotación del núcleo y la superficie en los planetas, puesta de manifiesto por la inclinación del eje magnético con relación al geográfico, indica además una fricción de las capas internas que puede ser extrema en el caso de Venus.
La Tierra tiene una temperatura superficial 36 grados superior a la consecuente por su albedo. Júpiter y Saturno alrededor de 60 grados mayor, Urano+15 y Neptuno+8, pese a su gran distancia al Sol. Es difícil que los 36 grados de más de la superficie de la Tierra con relación a su albedo sean de naturaleza distinta al de los otros planetas masivos y se deba a efectos atmosféricos. En Marte la diferencia alcanza 18 grados, incluso Mercurio de menor masa y más semejante a la Luna es de+8. En Venus el incremento de temperatura nada menos que alcanza +485 grados, lo que hace que rompa todas las proporciones de los otros planetas.
EL PROBLEMA DE VENUS
Venus se encuentra en una situación muy anómala en comparación al resto de planetas.
Es probable que Venus se haya anclado por lo menos su superficie de forma reciente al Sol y su núcleo todavía gire a la velocidad histórica de la antigua rotación del planeta, quizás próxima a 24 horas en su origen.
El fenómeno de anclaje de los satélites o planetas cuando quedan atrapados de forma sincrónica los movimientos de rotación y traslación es un proceso probablemente corto y violento.
La superficie queda fijada antes, mientras el núcleo mantiene su rotación por su mayor densidad.
En general los planetas presentan una separación entre el polo magnético y geográfico que indica una elevada independencia entre la rotación del núcleo y de la superficie, lo que se debe a la mayor fluidez de las capas intermedias. En el caso de Venus sería extrema, lo que indicaría que su núcleo se encuentra probablemente en fase de adaptación al anclaje general del planeta con el Sol. Estas circunstancias generarían una elevada fricción interna entre las capas que hace que su temperatura doble en grados kelvin la que debería tener por su distancia al Sol, además de presentar una extremada ionización consecuente, puesta de manifiesto sobretodo por los recientes hallazgos astronáuticos.
La perdida de energía calórica tan intensa podría traducirse en un ligero frenado orbital que haría que su rotación externa sea por el momento ligeramente retrógrada, tal como se observa.
C. de Torres.
Todos los cuerpos del sistema solar presentan temperaturas medias medidas más elevadas que la temperatura que les corresponde por albedo.
PLANETAS
Mercurio.- El planeta más interior con un albedo 0.068 Bond-0.142 geom. presenta las temperaturas a 0ºN: 100-340-700k y polar a 85º N: 80-200-380 contra 439 k media de albedo, una masa de 33.01 *10^22Kg 0.055 (Tierra) y un semieje (a) de 0.387098 u.a.
Temp. med. 166º. Tem. zona 175º Tem. albedo 158º. Diferencia: cuerpo negro -9º, albedo 8º
(Albedo 0.14)
Venus.- Presenta un albedo 0.67 Bond-0.90 geom. La temperatura isoterma 737k contra 248k media de albedo, una masa de 486.75 *10^22Kg 0.815 (Tierra) y un semieje (a) de 0.723 332 u.a.
Temp. med. 464º. Tem. zona 55º Tem. albedo -21º. Diferencia: cuerpo negro 409º, albedo 485º
(Alb.065)
Tierra.- Presenta un albedo 0.306 Bond-0.367 geom. La temperatura 184-288-330k contra 278.8k media de albedo, una masa de 597.24 *10^22Kg 0.815 (Tierra) y un semieje (a) de 0.723 332 u.a.
Temp. med. 14º. Tem. zona 5.8º Tem. albedo -24.5º. Diferencia cuerpo negro 8.2, albedo 38.5º
(Alb.0.367)
PLANETAS EXTERIORES
Marte.- Presenta una temperatura media observada de -46º contra -47º de la zona y -58º de albedo. Diferencia: cuerpo negro 1º albedo 18º
Júpiter.- Presenta una temperatura media observada de -108º contra -151º de la zona y -171º de albedo. Diferencia: cuerpo negro 43º albedo 63º
Saturno.- Presenta una temperatura media observada de -130 contra -183º de la zona y -196º de albedo. Diferencia: cuerpo negro 53º albedo 66º
Urano.- Presenta una temperatura media observada de -205º contra -209º de la zona y -220º de albedo. Diferencia: cuerpo negro 4º albedo 15º
Neptuno.- Presenta una temperatura media observada de -220 contra -222º de la zona y -228º de albedo. Diferencia: cuerpo negro 2º albedo 8º