EL “MISTERIOSO” COMETA 2017 U1
PANSSTARRS 2017 U1, ha sorprendido a la comunidad astronómica mundial al ser el astro cuya energía cinética es con mucha diferencia mayor que la potencial.
El cometa presenta una órbita superhiperbólica de excentricidad e= 1.189 muy superior a cualquier otro precedente de origen natural.
A primera vista, se trataría de un cuerpo proveniente de otro sistema solar, dada su elevada velocidad, independiente a la atracción del Sol.
La imaginación pude ser infinita. ¿Podría tratarse de un una sonda interestelar propulsada por otra civilización, tipo Voyager o Pionner, recubierta de moléculas heladas atrapadas en su multimilenario viaje?; su pequeño tamaño nuclear podría hacerlo posible.
Pero aquí radica la probable respuesta al misterio del
cometa proyectil: su pequeño tamaño H=22. Se trata, por tanto, de un
microcometa de alrededor de
De inmediato, se reclamaron posibles observaciones anteriores, como es lógico, sin resultado, ya que lo más probable es que su órbita previa al perihelio fuera casi parabólica, por tanto, distinta a la actual y, en consecuencia, impredecible. Sin querer desilusionar a nadie, lo más probable es que cerca de su perihelio a 0.25 U.A., o lo que es lo mismo a 38 millones de kilómetros del Sol, el cometa recalentado tuviera una violenta erupción que lo propulsara como un globo que se desinfla a su actual órbita.
Por tanto, lo más probable es que sigamos sin ver ningún astro “autopropulsado o simplemente propulsado” en el presente o en el pasado. Es evidente, que muchos cometas perturbados por otros cuerpos de nuestro sistema solar escapan al exterior con órbitas ligeramente hiperbólicas.
Pero, ¿por qué no se observan órbitas hiperbólicas de llegada..?.
A esta pregunta debemos sumar otra que nos dará la solución…
¿Por qué las órbitas casi parabólicas son de origen cometario…?
A primera vista, podríamos decir que: probablemente todos los cuerpos menores que viajas lejos de las estrellas se convierten en cometas, al atraer sobre si material interestelar naturalmente helado ya sea de forma gravitatoria o, incluso, ¿electromagnética?, lo que justifica la ausencia de asteroides puros casi parabólicos.
Por otra parte, el incremento de masa por acreción de material interestelar, frenaría la velocidad inicial hiperbólica del cuerpo hasta la casi parábola, al mantener la energía cinética inicial en la nueva masa incrementada.
¿Podrán, por tanto, las Pionner o Voyager llegar a algún lugar…?