LA ARQUEO-WEB DE SADEYA DE 1996 Uno de los artículos más antiguos publicado en la primera web de SADEYA, (www.sadeya.cesca.es), una de las primeras de España, de noviembre de 1996, como puede verse en: www.archive.org, habla del cometa Hale-Bopp. Con anterioridad SADEYA ya tenía una BBS, ya que no se había inventado todavía el primer navegador Netskape. Es decir, los servicios de Internet de SADEYA tienen más de 30 años y la web nació casi con la tecnología que domina las comunicaciones actuales. ?COMETA O ASTEROIDE? Los c?lculos realizados indican que el cometa Hale-Bopp tiene un n?cleo de cerca de 40 Kil?metros de di?metro. En un cometa no muy gastado por los constantes pasos por las proximidades del Sol, la magnitud intr?nseca del astro, es decir, el volumen de part?culas que eyecta es proporcional a su tama?o. La magnitud o luminosidad que tendr? en un instante dado sigue, en general, una f?rmula semejante a: Mg = H + 5 log D + 10 log r. En esta f?rmula, la magnitud o luminosidad aparente es = Mg. La distancia de la Tierra al cometa en (U.A.) unidades astron?micas es = D. La distancia del Sol al cometa en U.A. es = r. Una unidad astron?mica es el radio medio de la ?rbita de la Tierra, es decir 1 U.A. = 149.600.000 Km. Por ?ltimo, la magnitud intr?nseca del cometa es H. Los valores medios de H en el caso del cometa Hale-Bopp alcanzan: H = -1.5 Esta magnitud intr?nseca H, equivalente al volumen de material sublimado y, por tanto, al tama?o del n?cleo, es uno de valores m?s elevados que se conoce dentro de la no tan corta historia de los cometas. ?nicamente, el gran cometa de 1811 tuvo un tama?o algo superior. Alrededor de unos 60 Km. de di?metro de n?cleo. Si nos remontamos a tiempos muy anteriores podemos encontrar algunos pocos cometas con n?cleos semejantes, pero no superiores, salvo uno realmente importante para poder haber dejado huella hist?rica y del que se pose?a informaci?n astrom?trica suficiente para determinar la ?rbita a groso modo. Se trata del cometa del a?o 442. Es el ?nico cometa antiguo cuyo perihelio es exterior a la ?rbita de Marte. Es decir, a diferencia de los otros grandes cometas hist?ricos no se acerc? al Sol a menor de 1.5 U.A. Tampoco a menos de 0,6 U.A. de la Tierra. Pese a ello y a su cola dirigida en sentido contrario a la Tierra, llam? la atenci?n por su luminosidad. Su magnitud intr?nseca pudo superar ampliamente el valor H = -5. Por tanto, se tratar?a de un gran asteroide del cintur?n de Kuiper de unos 150 Km. de di?metro que super? con creces la proximidad de Quir?n y alcanz? la ?rbita de Marte. En la actualidad, se conocen m?s de una veintena de estos grandes asteroides de hielo, con ?rbitas no muy exc?ntricas y distantes. Salvo Quir?n, que ?rbita durante el perihelio m?s cerca de Urano, el resto se encuentra entre las ?rbitas de Urano y el afelio de Plut?n. Algunos de estos astros, a medida que pasa el tiempo y aumenta el arco de observaci?n, van mostrando ?rbitas m?s exc?ntricas. Con el tiempo se descubrir?n muchos otros y alguno de ellos podr?a ser el que en el a?o 442 se adentr? en la parte m?s candente del sistema solar. De hecho, tanto el cometa gigante del 442 o el gran cometa de 1811, o, incluso, el Hale-Bopp no poseen la masa poco densa e irregular de los cometas cl?sicos como el Halley. La autogravitaci?n de sus mol?culas es suficiente para que el n?cleo se comprima y adopte una forma esf?rica, caracter?stica de los asteroides del cintur?n de Kuiper. Por tanto, es perfectamente v?lido hablar de que todos estos astros puede ser tanto cometas si se aproximan al Sol, como asteroides si se descubren lejos de ?l. El hecho de que cuerpos con masas considerables puedan haber sido sacados de sus ?rbitas iniciales casi circulares indica que los cuerpos perturbadores eran probablemente mucho mayores. Los objetos que pudieron desviar al cometa del a?o 442 o, incluso, al Hale-Bopp podr?an ser astros tan grandes como Plut?n, situados en los confines del sistema solar. Por otra parte, el que cuerpos de 40 kil?metros de di?metro puedan aproximarse a la ?rbita de la Tierra indica que la vida en sus formas m?s primarias podr?a sucumbir ante un impacto de tal magnitud, del orden de 10 E 25 joules y que las condiciones ca?ticas del inicio del sistema planetario no han desaparecido todav?a del todo. De cualquier forma, la probabilidad es m?s que remota. Para la desaparici?n de la especie humana no se requieren estas masas; un asteroide 4 o 5 kil?metros, de los que hay muchos cerca es suficiente y "s?lo" debemos esperar unos 20 millones de a?os de media.