LA SUPERNOVA DE LA DISTANTE GALAXIA DE LA CONSTELACION DE HERCULES, ¿UN BANG LUMINOSO...?

El descubrimiento y posterior análisis de una supernova en una galaxia situada a 200 millones de años luz en la constelación de Hércules, cuya magnitud absoluta indica una luminosidad muy superior al modelo más brillante, ha sorprendido a la comunidad científica y aún más su rápida evolución de sólo tres días hasta el máximo y desvanecimiento también acelerado.

La supernova está situada en las coordenadas: A.R. 16h 16m. 00.22 s. Dec. +22º 16´04.9´´ eq.2000, con seguridad vinculada a la galaxia muy próxima CGCG 137-068, al presentar ambos cuerpos un desplazamiento al rojo muy semejante rs=0.01414 la supernova y 0.01406 la galaxia, que las sitúa a más de 60 megaparsecs, es decir, a 200 millones de años luz. Fue detectada inicialmente desde Haleakala Observatory en Hawaii, a principios de junio de 2018, alcanzando una magnitud aparente mínima de 14.74 en sólo tres días.

Su análisis desde junio a la actualidad mediante buena parte de los mejores medios ópticos terrestres y espaciales indica una emisión intensa en toda la banda espectral. Por el contrario, de forma anómala muestra poca intensidad y difusa en las bandas de absorción lo que podría ser interpretado como una superposición de espectros por efecto de lo que denominariamos bang-luminoso. La supernova incluso ha sido detectada como radiofuente gamma.

Los análisis sobre la nebulosa en expansión consecuente a la supernova indican que AT2018cow ha alcanzado un pico de intensidad de 4×10^44 ergios/s., si bien se podría incrementar por la gran cantidad de materia interestelar interpuesta hasta 10^51 ergios, con una velocidad radial de expansión de un décimo de la velocidad de la luz y una temperatura de 30.000 K.

La magnitud absoluta máxima alcanzada es en función de la distancia y materia interestelar interpuesta próxima a -22, cuando sólo el 0.1 por ciento de las supernovas alcanza -21. La media para las supernovas del tipo I es de -18.6 y del tipo II -16.5. Se han dado multitud de respuestas sobre modelos de comportamiento sin resultados concluyentes. La luminosidad consecuente máxima se ha aproximado a 50.000 millones de soles.



Uno de los planteamientos alternativos que podría tener consistencia es el efecto de un bang-luminoso, semejante al de un bang-sonoro, producido cuando las ondas de por ejemplo un avión se superponen por el efecto doppler y nos alcanzan de forma simultánea produciendo un sonido intenso y corto, de ahí su nombre explosivo, de bang en inglés.

Para poderse producir este fenómeno se tendrían que dar respuestas no del todo afines a la universalidad de la velocidad de la luz.

Algunos modelos preconizan la existencia de cierta masa en los fotones, al igual que sucedió con los neutrinos que se les supuso masa cero inicialmente y en la actualidad se valora como real, aunque no superior a 11 electrón-voltios en reposo en los neutrinos más rápidos, los electrónicos.

En cualquier forma, las masas de los fotones sería inferiores a 1 electronvolt en reposo. Según su longitud de onda, serían más rápidos y su masa menor, siendo la velocidad de la luz su límite superior cuando la masa fuera infinitésima. Por tanto, los flujos de fotones a grandes distancias y dependiendo de la existencia de materia interestelar interpuesta alcanzarían al observador con distintos tiempos en función de su longitud de onda. Primero los fotones más energéticos y menores provenientes de la radiación más dura, después de toda la gama hasta los más lentos. Estos planteamientos permiten dar respuesta a fenómenos evidentes observados en las cefeidas y en la deformación progresiva de la curva de luz de las supernovas más distantes.

Es decir, el incremento de luz y el alcance del máximo de luminosidad tiende a ser más rápido y más intenso en las supernovas más lejanas, tal como se observa de forma superlativa en la supernova en cuestión de la constelación de Hércules.

Por efecto de las interacciones con el medio, sobretodo cuando hay materia interestelar interpuesta, los fotones perderían energía en función de la distancia que recorren; energía cinética que naturalmente se transforma en calor, lo que da respuesta al desplazamiento progresivo hacia el rojo en función de la distancia, según el modelo inicial propuesto por el propio Hubble y por Tollman, lo que no excluye el deslazamiento al rojo por expansión del universo local, pero si incrementa su efecto en función de la distancia, dando respuesta al déficit de matería bariónica sin la necesidad de la presencia de materia o energía oscura.

Según el modelo, el conjunto de las interacciones con el medio de las fuentes de energía del Universo siempre tiende a disiparse en longitudes de onda cada vez más largas y hacia el gradiente mínimo que es de tres grados Kelvin.

Por tanto la paradoja de Olbers, que es el principal escollo de la no aceptación de las teorías basadas en “la fatiga de la luz” se cumpliría: el Universo sería “blanco”, pero a tres grados Kelvin.