UN ASTEROIDE QUE TRANSFORMÓ 0,13 MEGATONES CAYÓ EN EL MAR DE BERING EL 18 DE DICIEMBRE DE 2018


Con considerable retraso se ha informado desde el JPL sobre la explosión cerca del estrecho de Bering, observada mediante satélite el 18 de diciembre de 2018, a las 23h.48m20s. T.U. en las coordenadas geodésicas: 56.9 N, 172.4 E, con un máximo situado a 25.6 Kilómetros de altura, de un meteoroide que transformó de energía cinética a térmica 130 billones (españoles) de julios de energía (1.3* 10^14 julios), equivalentes a una explosión de 0.13 megatones, sólo algo inferior a la explosión del meteoroide de Cheliabinsk del 15 de febrero de 2013, de 0,4 megatones. Ambas, son las explosiones más intensas detectadas en cerca de 30 años de registros del JPL.

Es probable, que el considerable retraso de divulgación de los resultados se deba a un estudio concienzudo de la naturaleza del fenómeno, sobretodo por si podía ser una prueba nuclear en la alta atmósfera y más si se encontraba no muy lejos de la península de Corea.

Este tipo de sospechas fue muy corriente durante la guerra fría, cuando se tenía poco conocimiento de lo habituales que son las explosiones de grandes meteoroides en la alta atmósfera.

Además, la sospecha venía reforzada por la trayectoria de colisión del asteroide que presenta una órbita extremadamente polar, con una declinación del radiante de 77º4 y un componente vectorial que ha resultado ser de nada menos vz= -31.2 Km/s., la vz absoluta más elevada observada hasta ahora, mientras los otros dos componentes son: vx=6,3 Km/s. , vy=-3.0Km./s., con un resultado de velocidad de impacto de 32Km./s.

Es evidente, que la gran mayoría de meteoroides de considerable tamaño, mayores de un metro de diámetro y de por lo menos décimas de kilotones de energía transformada, es de origen asteroidal, pero una componente absoluta vz tan elevada sería mas de origen cometario, lo que comporta considerables contradicciones: si el cuerpo es de hielo como un pedazo de cometa, tiene que ser de considerable tamaño, por lo menos próximo a unos 100 metros de diámetro, para no sublimarse en poco tiempo, si se encuentra en las proximidades de la Tierra. Por otra parte, si son restos rocosos de un cometa serían descomunales si se comparan con los mayores observados que provienen de las lluvias de estrellas de radiantes cometarios.

No obstante, la fecha de impacto del asteroide en cuestión viene a coincidir aproximadamente con las Gemínidas. El radiante teórico que se obtiene de las coordenadas ortogonales del bólido, teniendo en cuenta que la trayectoria de un único meteoroide permite muy poca precisión sobre su radiante y menos sobre la órbita progenitora, es de +73 grados de declinación, aunque lejos de las gemínidas, no lo es tanto en función de la velocidad y características del astro progenitor.

Tanto las Gemínidas, como las Cuadrántidas tienen características bastante comunes. Los supuestos

cuerpos progenitores son asteroides de origen cometario. Sus meteorides pueden ser grandes bólidos y sus órbitas no son absolutamente incompatibles y podrían tener un pasado remoto común, tras muchas perturbaciones sobretodo de la Tierra.

De ser así, estaríamos hablando de bólidos peligrosos de restos cometarios, incluso capaces de causar daños si caen sobre núcleos urbanos y sobrepasan los diez metros de diámetro, lo que: ¿podría suceder durante los nodos descendentes de las gemínidas y cuadrántidas en diciembre y enero?.

De hecho, Humboldt, en su viaje por América del Sur, en noviembre de 1799, describe el máximo de intensidad de la gran “tormenta” de las Leónidas, quizás la más intensa lluvia de estrellas registrada, con la presencia de grandes bólidos que incluso “tronaban”. Para que dichas condiciones se den, los meteoroides en cuestión tienen que ser por lo menos como balones de fútbol…

Hasta ahora, todos hemos visto con tranquilidad la presencia de las lluvias de estrellas y esperemos que todo siga igual y sean conjeturas infundadas...

Los datos consecuentes a dicho nivel de energía y velocidad son:

Para un cuerpo rocoso de densidad próxima 3 gramos/c³.

Velocidad infinita= 30 Km./s

Velocidad de impacto = 32 Km/s.

Diámetro = 8 metros.

Magnitud mínima en la superficie inmediata -27 (más luminoso que el Sol)

Intensidad de sónido en la superficie vertical del impacto 140 dB.

De tratarse de un cuerpo cometario de hielo podría superar los 10 metros de diámetro.